sábado, 16 de febrero de 2008

Noche corta

Ayer (hay que ver lo que me cuesta decir "ayer" cuando no hace ni una hora que hemos cambiado de día), se estrenaron los cortometrajes que yo y otros valientes comenzamos a forjar en Octubre del 2007. Con un aforo para 300 personas y entrada libre en un teatro de lujo, histórico, pero en el que por mucho que la gente se esfuerce, rara vez se consigue ver arte de verdad. Esto lo digo tanto por nuestros cortos como por otras "cosas" que se estrenan allí. ¿Que soy muy autocrítico? ¡Ja! Me tendrían que haber echado del país por haber puesto mi nombre en los créditos.

Conseguimos llenar a la mitad, casi 150 personas asistieron, todos aplaudieron y al parecer les gustó, pero creo que estas pobres personas han perdido ya toda noción de lo que la palabra cine significa. Tenía que haber llegado tarde a la proyección y haberme ido pronto, como los buenos personajes de los buenos guiones, pero lo hice todo mal, llegué temprano y me fui tarde. A veces creo que hasta Carlos Boyero tiene razón cuando se va de los cines a falta de más de la mitad de la película y dice que la vida es muy corta y no tiene tiempo para perderlo viendo bazofias.

Nada más llegar al teatro, me encuentro con algunos compañeros de rodaje, que me muestran toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición para mostrar nuestra obra (no sé para qué). Para que os hagáis una idea, era exactamente igual que una sala de cine. Después, el que se encargó de la publicidad me enseña y me comenta todo lo que ha hecho: Tarjetitas de información, dvd's, carteles, notas de prensa... Me dice que ha puesto carteles por todas partes. Yo le digo inocentemente y sin ánimo de ofender que no he visto ninguno, pero creo que no se puede decir eso sin ofender un poco, así que... En fin, que va llegando la gente y claro, me toca saludar uno por uno a la mitad de los asistentes, la gran mayoría conocidos y colaboradores en los cortos, además de los patrocinadores. Antes de que empiece la sesión me dan uno de los dvd's con los cortos, edición limitada, sólo había diez y obviamente uno me tocaba a mí. Estoy tardando en tachar mi nombre de él...

Se apagan las luces (yo todavía no había visto el montaje final, que no era asunto mío). Se proyecta el primero. Se acaba y la gente aplaude, yo no, yo más bien me echo las manos a la cabeza y miro para otro lado. ¿Estarán aplaudiendo por compromiso? Se proyecta otro, más aplausos, a pesar de los fallos de tracking y montaje que los ve hasta el de la ONCE. Me escondo en mi butaca, todavía queda otro. Tengo que decir que la realización de los cortos no sólo corría de mi parte, el resultado podría haber sido otro, pero no, tenían que entrar todos a expresar sus opiniones obcecadas y equivocadas para rodar toda esta puta mierda, por utilizar la jerga al uso. Pero bueno, ya sabéis, no es la primera vez ni la última que muestro mi enfado con esta gente. Me podría tirar días y días escribiendo motivos para ello, y todos bien justificados.
Se proyecta el tercero, éste es el que más gusta a la gente, es el más impactante, sí, pero no tiene ni pies ni cabeza, ¿quién cojones ha escrito esto? Yo no, lo puedo jurar. Para empezar no me hubiera puesto a rodar con un guión así, que no tiene como he dicho, ni pies ni cabeza. La gente aplaude a rabiar, y yo pienso: "¿Estos hijos de puta se están cachondeando o qué? ¿Estarán viendo lo mismo que yo? ¿Es que todos se han vuelto locos?" Ya no me queda duda de que esta gente no tiene ni zorra idea de lo que es el cine.

En fin, pero aquí no acaba la cosa. Se encienden las luces, alguien coge un micrófono y ordena a la gente que se quede para un coloquio. Los autores salimos al frente y los 130 asistentes restantes nos formulan preguntas sobre "eso" que hemos mostrado. Me asombra el interés de la gente por nada. Bueno, al menos el cambio fue justo, no pagaron nada por entrar y nosotros tampoco les dimos mucho. Luego nos despedimos, pero antes de que la gente se fuera, alguien anuncia por el micrófono que próximamente rodarán un corto basado en una idea mía (¡maldición! Creí que lo había dejado). Además, uno de estos cineastas "amigos" me dice que si me acuerdo de su propuesta para coescribir un guión (lo dije hace una semana o así), es entonces cuando me doy cuenta de que estoy metido en un bucle y tengo que salir de él o si no moriré en el olvido y en la miseria. Tengo que abandonar a esta gente que me llevan directos hacia la mierda. Por eso voy a dejar este relato real apartado para el fin de los días y voy a seguir por ese camino mío que tengo a mano izquierda (sin mensaje subliminal ni nada). El buen camino.

Buenas noches.

3 comentarios:

Sun-T dijo...

Pero mira que eres negativo y sumamente critico, el artista nunca satisfecho con su obra.
Soy de la opinion de Carlos Boyero, llegando incluso a enfrentarme con algun acomodador que no me dejaba salir de la sala hasta finalizada la proyeccion. Y es que hay tantas decepciones en este mundo!!
Lo que hubiera dado por estar alli jejejeje
Un abrazo

Víctor M. dijo...

Bueno, ahora que ya no estoy en caliente creo que me atrevo a hacer otra declaración respecto a los cortos: "Engendros malparidos e infames". Sí, creo que eso es lo que son exactamente.
Vale, el artista pocas veces está satisfecho con lo que hace, pero te aseguro que es que fue para mear y no echar gota.
Si hubieras estado no habrías aguantado ni 5 minutos. Yo no aguanté ni 2, pero no pude salir porque el "productor" se sentó a mi lado.

Anónimo dijo...

Está bien que critiques, tanto no es normal, pero coño, a la primera persona a la que le tiene que gustar lo que crea es a ti, y si no es así, mal vamos.
Habría sido divertido verte llevarte las manos a la cabeza y esconderte en tu sillón...
ai cómo te habría gustado tener una varita mágica... :P
besotes!!
Scry