jueves, 29 de mayo de 2008

El talento de Mr. Minghella

No sé si lo sabéis, pero muy recientemente ha fallecido Anthony Minghella (hace poco más de dos meses). Tenía 54 años y siempre se ha autodenominado escritor, un escritor que tuvo la ocasión de dirigir sus propios guiones. Ha sido uno de los cineastas británicos más reconocidos en los últimos veinte años. Ha hecho películas como la premiadísima 'El paciente inglés', la brillante 'El talento de Mr. Ripley', 'Cold Mountain' o 'Breaking and Entering', siempre rodeado de repartos de lujo. Deja como pieza póstuma el guión de su cortometraje a incluir dentro de la versión yankee de 'Paris Je t'aime', llamada 'New York, I Love You'.

De estas cuatro películas que he puesto, me gustan las cuatro, pero claro, como todos, tengo una debilidad. No es El paciente inglés, tampoco Cold Mountain, ni Breaking and Entering. Mi debilidad de Anthony Minghella siempre ha sido The Talented Mr. Ripley. Se han hecho varias películas sobre Tom Ripley, el personaje de las novelas de Patricia Highsmith, y aprecio mucho El talento de Mr. Ripley de René Clemént con Alain Delon, y a otros inmensos actores que han interpretado el papel del personaje como Dennis Hopper o John Malkovich, pero por algún motivo (y sé que voy a contracorriente de mucha gente), mi favorita siempre ha sido la de Minghella. No sé lo que será, puede que la ambientación de la Italia de los años 50 y esas localizaciones preciosas como Mongibello, Nápoles, San Remo, Roma... O tal vez los actores, con papelón de Jude Law, Cate Blanchett, Philip Seymour Hoffman, Matt Damon, Gwyneth Paltrow, Philip Baker Hall... O quizás sean esos diálogos tan agudos y mordaces, o la espléndida banda sonora, o la elegante dirección de Minghella, o a lo mejor es el cúmulo de todo esto, no lo sé, pero para mí tiene algo que la hace especial. Y es que desde el comienzo la fabulosa historia te engancha:

Todo comienza con Tom Ripley y una voz en off demoledora arripintiéndose por todo lo hecho. Tom pide prestada una americana de Princeton para poder tocar el piano en una fiesta de etiqueta al aire libre. El artífice de dicha fiesta es un rico magnate que tras charlar con Ripley sobre su gran actuación y reconocer el escudo de Princeton, le pregunta a Tom si conoce a su hijo Dickie, que también estudió allí. Tom miente y dice conocerle, entonces el padre le ofrece una buena suma de dinero por traer a Dickie de vuelta a casa desde Italia.

PROLOGUE: INT. RIPLEY'S CABIN. EVENING.
Fade up on Ripley, as in the final scene of the film, sitting, desolate in a ship's cabin. The camera rotates around his face, which begins in light and ends in darkness.

RIPLEY (O/S)
If I could just go back. If I could rub
everything out. Starting with myself.
Starting with borrowing a jacket.
Como dice Dickie Greenleaf (Jude Law) en la película: "Todos tenemos talento para algo". El de Anthony Minghella estaba claro.


Igual reconocimiento o más merece un hombre que fue productor ejecutivo de El talento de Mr. Ripley, estoy hablando de Sydney Pollack, director, actor y productor, fallecido hace apenas tres días. De él nos quedamos con algunas obras imprescindibles: Tal como éramos, Ausencia de malicia, Tootsie, Memorias de África, Sabrina (y sus amores) o Los tres días del Cóndor.

viernes, 23 de mayo de 2008

Mi primera visión de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Ayer llegué pronto al cine. El acomodador me rajó la entrada mal y me quedé en la mano con un miserable trozo de papel. Eso es lo que queda de mi mítica entrada de la cuarta entrega de Indiana Jones, un miserable trozo de papel. Le podría haber sacudido una buena hostia por ello al acomodador, pero quería ver la película. También me quedé con las ganas de decirles tres cosas a los críos que estaban sentados detrás de mí, pero me controlé, porque quería ver la película.

He aquí la humilde opinión de uno de los mayores fans de Indy (contiene spoilers):
Lo primero, me confundí cuando en el post anterior dije que el logo de la Paramount se fundiría en un peñasco como pasaba en Raiders o en La última cruzada, aquí se convierte en una pequeña montaña de arena (presagio de lo que será la película) de la que sale un horroroso y patético ¿topo? digital (que en realidad es un perrito de la pradera, como el de la canción de Elvis) que da comienzo a un buen prólogo (que no es prólogo en sí) con guiño incluido al Arca, pero no es suficiente para superar, ni siquiera igualar al resto de prólogos de la saga. Además, ni siquiera van en busca de ningún tesoro ni ninguna reliquia aislada del resto de la trama como solía ser. El principio te mete muy bien en la época, con la música rock and roll y la presentación de un grupo de personajes que presumen de coche (me encanta ese comienzo). A veces en ese prólogo te parece que Indy no está en la época que le corresponde por el contraste de su indumentaria con el mundo moderno, e incluso hay un instante en el que dudas de la película que estás viendo, en el momento en el que habla con el F.B.I, Harrison lleva una camiseta ajustada y dices: "¿Qué estoy viendo? ¿Juego de patriotas? ¿Peligro inminente?", pero luego reaccionas y dices: "Eh, esto es Indiana Jones y estamos a finales de los 50".

El retorno del héroe por excelencia es genial, cuando Indy aparece te recorre una sensación nerviosa por dentro. La primera vez que veía a Indiana Jones en un cine, y eso, me llegó muy dentro. Las irrealidades típicas de las películas de Indy llegan pronto, pero no me molestan mucho, ya que si echamos un vistazo atrás, hemos visto a un tío que lleva mil años esperando a que alguien encuentre el Grial, hemos visto a otro tío que arranca corazones de cuajo, etc, etc. Como digo, no me molestan mucho salvo porque todo parece más falso de lo normal. Más increíble de lo que debería, alejado del universo Indiana Jones (en ocasiones eso viene por la digitalización). Antes decías: "Mira, Indy está utilizando una balsa de paracaídas, qué grande que es, es increíble pero es Indy ". Ahora dices: "Mira, la nevera en la que está metido Indy ha salido volando varios kilómetros sobreviviendo así a una explosión nuclear, o Marion es una loca suicida que salta al vacío con sus amigos montados en un jeep para posteriormente quedar sujetos a unas ramas y aventajar así a los comunistas. Joder, pero ya no me lo creo porque está hecho digitalmente por ordenador." Otra cosa que no me agrada mucho es que se pasa del tema religioso al tema científico. El tema ovni está desastrosamente tratado. Si me lo hubieran contado de otra manera seguro que me lo hubiera tragado, pero así no. Y no era necesario sacar ni el platillo volante ni el extraterrestre, que esto no es Encuentros en la tercera fase.

Respecto a la primera media hora de película, tengo que decir a su favor que es magistral. Me encanta. Ojalá se hubiera mantenido así.

Toda la secuencia en la universidad (en la clase de arqueología se habla de migración y éxodo, en la última cruzada se hablaba de que nunca hay una X que marque el lugar. Ambas tienen su contestación en sendas películas), más guiños, en esta ocasión a Marcus (Denholm Elliot) y Henry Jones Sr. (Sean Connery) que me han humedecido los ojos, la magnífica presentación de Mutt (Shia Labeouf), un grandísimo personaje que se compagina con Ford a la perfección, la escena en el bar, genialmente ambientada, la huida en moto por el campus, al más puro estilo Indiana Jones, con una fotografía muy cuidada, con un humor que recuerda al de las tres cintas anteriores, pero por desgracia, a partir de aquí, poco a poco, la película va perdiendo fuelle y sólo se recupera en algunos momentos esporádicos. La estructura falla, el guión no está bien desarrollado, es ortopédico, hay incoherencias por falta de investigación, tiene "hoyos negros" como le he oído decir a alguno acertadamente, es poco imaginativo para lo que la acción requiere y se le podía haber dado mucho más de sí. Frank Darabont, el guionista al que dio su aprobación Spielberg en un principio pero no el tito Lucas, debe estar riéndose de ellos en alguna parte (aunque sean mucho más ricos que él). David Koepp, el guionista definitivo, realiza un trabajo... deficiente. A mí me hubiera gustado que lo hubiera escrito Lawrence Kasdan, pero qué le vamos a hacer.

El montaje se convierte en un batiburrillo de escenas (algunas innecesarias) que hacen que la historia no fluya como debería fluir. Da la sensación de que no está bien contada. También hay alguna escena vergonzosa, como el momento en que Mutt comienza a deslizarse por las lianas cual Tarzán acompañado de unos monos digitales malamente creados que le siguen y le ayudan por su tupé, y por supuesto, también hay escenas plausibles que nos recuerdan a momentos inolvidables de la saga y escenas que los fans sabemos agradecer y mucho (momentos muy esporádicos como digo). Hay secuencias para aplaudir y otras para echarte las manos a la cabeza. Se abusa en exceso de los efectos especiales y la digitalización (una pena lo de las hormigas), el paisaje CGI recreado también por ordenador hace que le falte más alma si cabe a la película. Si esperabais ver localizaciones reales, olvidaos. Y esto, a mi parecer, queda tremendamente cutre y falso. Además, en ocasiones te entra hasta sensación de cierta claustrofobia, se nota que la película está rodada entre cuatro paredes. Se han ido de aventuras sin salir de casa, vamos.

La mayoría de los personajes están mal desarrollados. Los malos no parecen tan malos, ni siquiera llegan a poner en serios apuros a los buenos. Son malos porque nos han dicho que lo son, nada más. La actuación de Harrison Ford es impecable, sus puños siguen siendo dinamita, aunque hacia el final, es un personaje que se deja llevar, no actúa para conseguir sus objetivos, o mejor dicho, no hay obstáculos que le hagan actuar. También se le ve más asentado y responsable. Ahora es el mentor de Mutt. Hay un cambio de papeles entre él y Shia muy similar a la relación de Sean Connery y Ford en La última cruzada. Cate Blanchett está correcta, su mirada es hipnotizadora, pero a su personaje le falta tensión dramática. Karen Allen se pasa la película sonriendo (creo que de amor), es mi chica Indy favorita, pero parece que su personaje sufre algún delirio mental, no estoy seguro. Además, su peso dramático también podía haber sido mayor. Ray Winstone (Mac) más de lo mismo, es un personaje con el que no consigues enfatizar en ningún momento, además de previsible. A John Hurt (Prof. Oxley) se le podía haber sacado más, es un gran actor y aquí se ha convertido en un personaje que es un tópico. El malo malote de los rusos no es tan malo malote como el nazi de Raiders o el grandote del templo. Shia Labeouf es uno de los pocos que se salva, como he dicho antes, han creado a un buen personaje, es el único que está bien desarrollado.

Los diálogos brillantes también se han perdido bastante, de hecho, ahora mismo no consigo recordar más que uno que dice algo así:

MARION (a Indy): Seguro que durante todos estos años has tenido montones de ligues.
INDY: Sí, ha habido varios, pero todas tenían el mismo problema.
MARION: ¿Ah, sí? ¿cuál?
INDY: Que ninguna de ellas eras tú.

La genial banda sonora de John Williams apenas se utiliza bien, queda dispersa (¿quién habrá montado la película y las mezclas de sonido? Ya me fijaré en los créditos la próxima vez...). El tema principal suena poco para mi gusto, y además, se han reutilizado temas de Raiders y La última cruzada.

El final con la boda nos indica el final de la etapa mujeriega de Indiana, pero por otra parte ya iba siendo hora de que sentara la cabeza, y más, con la mejor de las chicas Indy, Marion Ravenwood. Y para acabar, una genialidad. En la iglesia, las puertas se abren de par en par, el viento arrastra el sobrero Fedora de Indy hasta los pies de Mutt (o Henry Jones III). Suena la Raiders March, Mutt lo recoge, se lo va a poner, parece que el relevo está asegurado, pero justo en ese preciso instante, Indy se lo arrebata de las manos, se lo pone y sale con Marion de la iglesia. Fin.

Por resumir todo esto de alguna manera, el espíritu de las anteriores películas se ha perdido por el camino, pero no el espíritu aventurero de Indiana Jones, ése sigue tan patente como antes. Algunos teníamos la esperanza de que se volviera a los orígenes de hace 20 años, pero poco a poco comprendemos que eso no es posible. Ni siquiera el padre de aquel cine (Spielberg) puede hacerlo. Es una película correcta de aventuras, hecha para el divertimento del público y de los autores, te gusta, la disfrutas como un enano, pero al salir del cine te queda una sensación como de que algo no cuadra. Da la impresión de que la película está coja. Si no fuera una película de Indiana Jones, probablemente se convertiría en una película del montón, pero aquí, el Doctor Jones juega con ventaja. Tantos años no pasan en balde, ey, ¿y quién sabe? A lo mejor ahora sale Spielberg y dice que todo esto ha sido una broma, que la película de verdad sale el año que viene. No estaría mal que volvieran a rodarla, o cuanto menos editarla, que no parezca que está hecha deprisa y corriendo. Algunos hasta dicen que piensan editarla ellos mismos cuando salga en dvd... Aunque puede que a lo mejor el fallo sea nuestro por tener en un pedestal la trilogía original y esperar una maravilla de ésta.

De todas formas sigo pensando que no llega a igualar a ninguna de las anteriores (sí, señores, algunos creen que es mejor que el Templo Maldito, pero ya quisiera el Reino de la Calavera de Cristal tener una última media hora como aquélla con las vagonetas y el puente y un guión tan compacto) . Ahora bien, yo les agradezco este bonito regalo para nada innecesario por lo que me ha permitido vivir, los fans lo han pedido y aquí está, y yo, por supuesto, se lo agradezco a toda la gente que la ha realizado, se lo agradezco por convertir uno de mis sueños en realidad, y la película no está tan mal a pesar de tener ciertas carencias importantes. Y la gente me pregunta si ha merecido la pena la espera, ¡pues claro que sí, joder! ¡claro que sí! ¡Es Indiana! ¡En el cine! Después de todo, quizás me diréis que la he puesto a parir, pero no es tan cierto, he sido duro pero justo, he alabado las cosas buenas y he criticado las malas. Además, siempre somos más duros con nuestros hijos que con el resto, y aquí pasa lo mismo, y a pesar de eso, los seguimos queriendo más que a nada en el mundo.
Tenía que sacar los males y expresarlos, liberar la película. Una vez hecho esto, ya puedes disfrutar de lo bueno, de todo lo demás, que también hay bastante, así que, a volver a verla con otra visión diferente (esto también va por mí en cierto sentido). Esperemos que con el tiempo crezca y se haga un hueco entre sus hermanas.

Mi nota es un 6.8.

jueves, 22 de mayo de 2008

Llegó la hora de Indy

Llevo esperando este día muchos años. Demasiados. Casi toda mi vida, y hoy, por fin ha llegado el 22 de Mayo de 2008. Indy ha vuelto. Sé que a mucha gente le hace gran ilusión Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, pero para mí y para mis compañeros de espera durante tanto tiempo, es algo más que ilusión, directamente pierdo la cabeza, durante las últimas semanas he estado obnubilado ante tanta presión y nervios, intentando evitar spoilers (fallidamente, sé cosas que muchos no saben desde hace semanas... Demasiadas cosas. Prácticamente lo sé todo antes de haberla visto), compartiendo conocimientos, obsesión y divagación con tanta gente, siendo los primeros en enterarnos de todo lo que ha ido surgiendo durante los últimos años, los primeros en cubrir todas las noticias desde el Comic-Con de San Diego hasta el reciente preestreno en Cannes, donde a pesar de tantos momentos de impasse, conseguimos aguantar la calma durante varias horas recordando que Ellos hacen la película para nosotros y no para los críticos (aunque ayer algunos miembros de nuestra comunidad, gente muy experta en la materia, los más expertos de España diría yo, y de los más expertos a nivel mundial, tuvieron la suerte de asistir a un pase previo por la mañana en Kinépolis y no salieron demasiado contentos. Yo espero cambiar ese mal rollo y esos comentarios de escenas poco favorables que me han transmitido en pocas horas) pero basta de esperas, porque hoy por fin ha llegado ese día.
La Raiders March no deja de sonar en mi cabeza. Esta noche casi no duermo, tampoco pude dormir bien la anterior, ni la otra, ni la otra... pero no importa, porque hoy por fin ha llegado ese día. Y entraré en el cine, me sentaré en mi butaca, y se apagarán las luces, y el logo de la Paramount se fundirá en un peñasco real que me producirá una enorme nostalgia, y luego aparecerá: "A Steven Spielberg Film", y entonces, en ese preciso momento, será cuando pueda expulsar toda la adrenalina que me recorre el cuerpo, y puede, que por primera vez en un cine, llore de ilusión.

lunes, 19 de mayo de 2008

La partida de póker

Soy un gran aficionado al póker, esto no es nada nuevo. Bien conocidas son las famosas timbas entre mis amigos y algún que otro tramposo que se ha sentado en nuestras "mesas de juego", porque amigos míos, las cuentas siguen sin cuadrar a la hora de cobrar el dinero. La mayoría dice que sólo apuesto cuando tengo algo, que siempre voy a lo seguro, bueno, es una forma de verlo. También algunos se enfadan y dicen que soy un jugador cobarde porque nunca voy al juego si no he recibido una pareja desde el inicio de la mano (cuando no estamos en la modalidad Texas hold'em), pero en fin, no voy a desvelar aquí mis trucos por si alguien en el futuro decide cogerme por bandas.

Como bien sabéis, estamos en pleno Festival de Cannes, ¿quién se llevará la Palma de Oro? ¿Los hermanos Dardenne? No lo sé, ya veremos. El caso es que Cannes se llena estos días de estrellas y también de gente que hace cine, algunos ambas cosas (estrellas y cineastas). Pero curiosamente hoy hablaré de póker, porque allí, en Cannes, en el casino de Palm Beach se jugó la primera noche una gran partida donde había un millón de dólares en juego. El jugador que ganara debería donar dicha cantidad a una organización benéfica. Y los jugadores eran los siguientes:


Así llegaba Dennis Hopper al casino. Y Adrien Brody, bien acompañado, como siempre:









Algunos valientes (creo que todos menos Adrien y Goldie) jugaron sin gafas de sol, aunque parece que tanto Edward como Alice no dejan entrever sus jugadas fácilmente, por otra parte, Salma estaba bastante despistada:

Pero dejémonos de tanto sensacionalismo. El ganador fue... (redoble de tambores) Woody Harrelson, que compartió el premio con Alice Taglioni. Él fue el mejor, porque como bien decía Matt Damon en Rounders, el póker no es un juego de suerte, es un juego de habilidad, y si no, ¿por qué siempre llegan los mismos tíos a las finales de los torneos?

viernes, 16 de mayo de 2008

Los ponys

Los ponys, también llamados patitos de goma, son un recurso habitual que utilizamos los guionistas en nuestros personajes, ¿pero qué es un pony o patito de goma? Muy sencillo, es un trauma pasado del personaje, de su infancia. Una herida emocional no superada. Estos ponys a veces salen a la luz y otras no, depende de la evolución del personaje, pero influyen en el modo de ser de los mismos.
Para que lo entendáis mejor, os pondré este gran cortometraje de David Planell con las guapas Esther Ortega, Marta Aledo y Natalia Mateo que lo explica a la perfección:



Si todavía no lo habéis comprendido (cosa poco probable, espero) os pondré un ejemplo más:
Hace pocos minutos que acabo de ver por séptima vez una de mis películas favoritas de cuando era pequeño, 'Gremlins' de Joe Dante con guión de Chris Columbus (Los Goonies). En esta película, Kate, el personaje de Phoebe Cates, desde el principio se muestra reticente a la Navidad, odia la Navidad. Más tarde descubrimos porqué. Su pony sale a la luz y lo cuenta bien clarito. Cuando era pequeña, su padre intentó colarse por la chimenea vestido de Papá Noel con los regalos y quedó atrapado. Eso le provocó la muerte. Ése es su gran trauma del pasado, su herida emocional no superada, y por eso detesta la Navidad.

lunes, 12 de mayo de 2008

Entre bastidores

Va a hacer ya casi un año de la primera vez que estuve en la productora de televisión más grande de España. Recuerdo ese día a la perfección. Todo empezó así:

Una semana tal como ésta, Inés París (A mi madre le gustan las mujeres, Semen: una historia de amor...) no pudo venir a dar su clase de comedia. Le sustituyó un antiguo guionista de series míticas de Globomedia, a partir de ahí, el contacto con la productora ya estaba establecido y tan sólo un par de días después, ya me disponía a ver lo que se cocía por allí.

Me levanté pronto esa mañana. La temperatura en la calle era correcta, aunque podía ponerse a llover en cualquier momento. Salí de casa a comprar el periódico y después fui directo a coger el metro. Yo vivía al sudeste de Madrid, así que tenía que atravesar la ciudad entera de sur a norte bajo tierra. Tras un laaaaaaargo recorrido de una hora más o menos por la Línea 1 y parte de la 10, llegué hasta el barrio de Fuencarral. En el mismo metro se suponía que tenía que esperar a dos o tres compañeros más, pero sólo apareció uno de ellos. Al parecer, nadie había confirmado su asistencia. Después, mi compañera de guión y yo decidimos seguir las instrucciones que nos habían marcado y caminamos unos 50 metros hasta una parada de autobús que hay junto al metro de Fuencarral. Por allí pasa a recogernos un autobús en el que se leen los siguientes destinos: "Telecinco y Grupo Árbol". El conductor nos mira con cara de pocos amigos, a lo mejor es porque no nos conoce y cree que queremos montarnos por la gorra. No lo sé.

Ya había tenido una hora de metro, ahora nos tocaban unos minutitos más de autobús. No tenemos muy claro en qué parada nos tenemos que bajar, así que le preguntamos a un chico que está sentado a nuestro lado que cuál es la parada de Globo. Nos contesta que la próxima. Efectivamente, allí es. Lo primero que hacemos al llegar es acreditarnos. Luego nos dicen que nos esperemos un momento en los cómodos sillones del vestíbulo. Ese momento dura 15 o 20 minutos hasta que nuestro contacto allí pasa a recogernos y nos empieza a enseñar el edificio.

Lo primero de todo, por supuesto, la planta de los guionistas. Con sólo entrar ya te da gusto encontrarte ese ambiente de trabajo. Guionistas por allí, guionistas por allá, guionistas por todas partes, y te sientes como en casa. A medida que vas recorriendo la amplia planta, te encuentras a gente que saluda, otros que recogen su café de la máquina y vuelven a la mesa de trabajo. Esas amplias mesas rectangulares llenas de cabezas pensantes que intentan llevar adelante sus programas o series de ficción. Nos explican sus métodos de trabajo, nos sigue saludando gente. Es un ambiente muy cordial y se nota.

Nos colamos con permiso en el pequeño habitáculo en el que trabajan los guionistas de 'Aída'. Cinto tíos frente a una pared blanca en la que se proyecta la pantalla del ordenador, otro tío mecanografiando lo que los demás le dicen, intentando dar forma a un chiste de Luisma (Paco León), mientras el coordinador lo observa todo un poco más atrás, intentando ver cómo perfeccionar todo aquello.

Enfrente hay otra sala igual, pero está vacía, es la de los guionistas de 'Los hombres de Paco', hoy no les tocaba venir. Trabajaban el guión del próximo capítulo desde casa.

Igualmente nos encontramos por allí a los guionistas de los programas 'Sé lo que hicisteis' (Los chicos de la cueva) o 'Planeta Finito'. Como digo, todos muy majos.

También estuvimos con los guionistas de 'El internado'. Precisamente creo recordar que esa misma noche se estrenaba la serie en televisión y todo el equipo estaba bastante nervioso. A éstos les tenían en una planta aparte. Les molestamos poco porque estaban en pleno proceso creativo de tramas, dibujando cada una de ellas de un color diferente en la pizarra.

Luego bajamos a los platós. Junto a los camerinos de Aída, se encuentra el antiguo plató de la serie '7 vidas', es increíble ver que todos los escenarios son uno que va rotando (el bar, la casa...). Casi como un teatro, con su aforo y todo, ya que esta serie se rodaba con público.
Por los pasillos me parece ver a Miki Nadal vestido de policía. Más tarde confirmé que efectivamente era él.

De repente, justo antes de entrar al plató del programa de Florentino Fernández (alias Flo) mi teléfono móvil suena. Es una llamada de la producción de mi escuela:

-¡Víctor! ¡Me ha llamado Rai, que dice que todavía no le has enviado las escenas a rodar para la semana que viene! ¡Y que los actores no han recibido el guión!

Mierda, mi dichosa amnesia vuelve a hacer de las suyas. Reconozco mi error y empiezo a sentirme culpable por ello. De hecho, soy culpable de ello.

Más tarde me llevan en primicia al impresionante y magnánimo plató de 'El internado'. De verdad que jamás había visto algo así. Pude recorrer el internado al completo con total libertad. Tocar sus paredes de cartón piedra, ir a la biblioteca donde estudian sus protagonistas (los libros que hay allí no tienen desperdicio, puedes encontrar auténticas joyas), el vestíbulo, con esas escaleras que no conducen a ninguna parte, el despacho del personaje de Luis Merlo, las mil y una fotos que pertenecen a productores y otros miembros del equipo que se encuentran en las habitaciones, la cocina (con comida de verdad), el cuarto de baño (sólo dos grifos echan agua), las aulas de los alumnos. Bueno, impresionante, vaya. Nunca había visto algo así. Eso sí que es un buen decorado. Además, todavía había algunos carteles de la fiesta de inauguración que había tenido lugar la noche anterior.

Acto seguido me dan la oportunidad de poder presenciar el rodaje en vivo, en concreto una escena de Natalia Millán. Allí todos están a lo que están, cada uno sabe cuál es su labor y todo funciona a la perfección. Podían haber finiquitado la escena con la primera toma, que a mi juicio fue perfecta, pero estaban tan sobrados, que hicieron una más. Alrededor también estaban algunas de las actrices como Ana Celia de Armas o Elena Furiase.

Después llega la hora del catering y todo el mundo se va a comer. Por los pasillos, escaleras y ascensores, la gente queda con los compañeros: "Oye, te veo luego en el comedor, que hace que no como contigo..." Allí todo el mundo se conoce.

Me llevo aguantando un buen rato, pero yo tengo que ir a mear como sea, me escapo unos minutos, y justo cuando voy a entrar al baño, una guapa chica de pelo castaño me saluda, y yo pienso: "Joder, ¿de qué me suena esta tía?" Cuando me doy cuenta de que se trata de Eva González, ella ya está demasiado lejos como para devolverla el saludo.

Después de la comida, me invitan a ir al 'SLQH' (Sé lo que hicisteis). Me conducen hasta el plató. Allí conocemos a todo el equipo. Patricia Conde y Pilar Rubio ensayan su presentación. Patricia necesita un cigarrillo para un sketch, pero lo quiere light porque ha dejado de fumar. Alguien del público se lo ofrece. Una chica le hace una foto con el móvil a Ángel Martín, que tiene el micrófono abierto y pide que controlen el tema de los móviles un poco cabreado. Todos los apagamos. Después Gonzalo, el regidor, avisa de que vamos a entrar en directo. Aplausos. Empieza el programa. Nos reímos a carcajadas. Publicidad. Patricia se toma una CocaCola que guarda bajo su mesa a falta de tres segundos para volver a entrar en directo. Ángel sigue mirando sus tarjetitas. Entramos. Sketch, durante el video, de nuevo los presentadores leen sus tarjetitas. Volvemos. Aquí hago un inciso que dejo para el final del post. [...] Todo bien. Los de la sala de montaje se lo pasan pipa. Nos volvemos a reír a carcajadas. Acaba el programa.

Salgo del plató a la par que Patricia Conde, que me mira y me sonríe (todavía sueño con ello). Después ella se para a hacerse una foto con gente del público. Se queja un poco de que todavía tiene los ojos llorosos de una de las bromas del programa por no sé qué tema del maquillaje. Cinco minutos más tarde, ya está en la salida de Globo con la ropa cambiada. Lo sé porque yo estaba junto a ella. Tiene a un taxi esperándola. Cuando ella se va, llega Poty (sí, el coreógrafo), y yo ya estoy esperando al autobús de la compañía que pasa cada 30 minutos para que me lleve de vuelta a Fuencarral, después coger el metro de vuelta a casa, recoger mis cosas, y salir pitando hasta la Avenida de América para dar mi clase de comedia.

Por la noche recibo una llamada de un amigo:

-Oye Víctor, es que no estoy seguro, pero... ¿eras tú el que salía hoy haciendo el payaso en la sección de Miki Nadal?

viernes, 9 de mayo de 2008

Jonathan Richman: el cantautor

Ya sé que a la gran mayoría de los lectores de este blog no les gusta mi música, pero me da igual. Yo le tenía que dedicar un post a este grandísimo cantautor. Que me perdonen los Dylan, Sabina, Donovan y el resto por no habérselo dedicado a ellos.

Jonathan Richman, nacido en Natick, Massachusetts (1951), tal vez su fuerte no sea la voz (tampoco lo es la del gran Dylan, con el que ni mucho menos pretendo compararle porque no hay punto de comparación y sería un sacrilegio), pero toca la guitarra española y compone letras (cómicas) como nadie. No sabría describir su estilo porque sencillamente es único, a veces es rock, otras pop, algunas folk y de vez en cuando canción popular. Estoy seguro de que aunque muchos no le conozcáis, habéis escuchado alguna de sus canciones inconscientemente.

Él era el "narrador" de esa película que nos hizo reír a carcajadas (al menos a mí) interpretada por Ben Stiller, Matt Dillon y Cameron Díaz llamada 'Algo pasa con Mary' de los hermanos Peter y Bobby Farrelly. Sí, él era el que cantaba junto con el del tambor, Tommy Larkins, su percusionista habitual. Ambos salieron también en la anterior película de los Farrelly, 'Kingpin', magnífica comedia interpretada por Bill Murray y Woody Harrelson que aquí tradujeron fallidamente como 'Vaya par de idiotas' intentando asemejar el título con otra película de éxito de los Hermanos Farrelly como 'Dos tontos muy tontos' (Dumb & Dumber). Os refrescaré la memoria, aunque sólo he podido encontrar la jodida versión en español que es para tirarse de los pelos, ¿a quién cojones se le ocurre traducir al genio de Richman y sus canciones sin que las cante él mismo? Pues a los encargados de los doblajes en este país:



Bueno, ahora ya sabéis de quién os hablo.
Jonathan fue el fundador del grupo 'The Modern Lovers' allá en los 70, grupo que más tarde pasaría a llamarse 'Jonathan Richman and The Modern Lovers', que nos dejaron canciones estupendas como Pablo Picasso o RoadRunner. Más tarde decidió independizarse y continuó su carrera junto al ya nombrado arriba Tommy Larkins. Jonathan, de una manera u otra siempre ha estado muy vinculado con España donde es muy querido, de hecho, uno de sus discos, 'Jonathan, te vas a emocionar!', contiene antiguas canciones suyas traducidas y cantadas en castellano como Vampire Girl-Vampiresa mujer, además, hace relativamente poco estuvo en Barcelona cantando con Kiko Veneno y Muchachito Bombo Infierno en el Festival BCN-mp7. También ha cantado con el propio Kiko Veneno en Nueva York, donde ambos se lanzaron en un club con el Volando Voy.

Nunca he estado en ninguno de sus conciertos, pero por lo que he oído, Jonathan es todo un jefe y siempre se muestra entregado a su público con sus habituales bromas. Solamente con escuchar sus canciones o verle bailar ya es inevitable sonreír. He aquí alguno de los títulos de las mismas: I'm nature's mosquito, Down in bermuda, Ice Cream Man (el directo no tiene precio), Abominable Snowman in the supermarket, When Harpo played his harp, I'm so confused, Reno, Now is better than Before, Egyptian Reggae, True love is not nice, I'm a little dinosaur... Pero mi favorita y la que es probablemente una de sus canciones más conocidas y bailadas es I was dancing in the lesbian bar. Aquí os dejo con ella y con el que es mi cantautor más idolatrado:

martes, 6 de mayo de 2008

Sólo hay problemas

Acabo de llegar a casa tras una intensa tarde en la sala de montaje. Supongo que sabéis que estoy realizando un corto que significará mi debut como director, aunque ya dije que probablemente no volvería a dirigir nada, "sólo" escribir.

24 horas después de finalizar el rodaje, y de haberlo festejado, el encargado de revisar la cinta me llama con urgencia y me dice que hay graves problemas, que hay algunas escenas que no se han grabado. El mundo se me viene encima y caigo en una tremenda depresión. He tenido que realizar un nuevo plan de rodaje y me han obligado a reescribir el guión, por no decir que me han cambiado escenas muy importantes directamente. Parece mentira que con la cámara que tenemos nos pasen estas cosas.

En pocas horas volvemos a la carga para finalizar lo que se tenía que haber finalizado hace un par de semanas, con todo lo que ello conlleva de reunir de nuevo al equipo (al cual se integrará algún nuevo miembro) y a los actores. Habrá que volver a construir el atrezzo y habrá que volver a pedir permiso para rodar nuestros comprometidos exteriores. ¿Parezco cabreado? ¿No? Pues lo estoy. Y no sé por qué me olía algo así desde que empecé a hacer todo este asunto, pero lo peor no es eso, hay muchas cosas peores, como por ejemplo, que ya no podremos estar en el festival al que teníamos previsto asistir. Incluso así, seguimos corriendo contra el tiempo en una crono bastante jodida que ni el mismísimo Indurain sacaría adelante. El tema es que tenemos acordado con un teatro (todavía no puedo decir cuál) el estreno de nuestro corto para finales de este mes cuando ni siquiera hemos concluido todavía el rodaje. Comprenderéis que estamos casi en bragas ante esta situación. Ya se están haciendo los carteles para el estreno, por eso estamos montando y rodando las escenas que no se grabaron al mismo tiempo.

Ya podemos decir que soy un director maldito, y que mi corto, todavía por estrenar, ya es un filme maldito también. Durante los últimos días se han producido varios cruces de cables en mi cabeza que algunas personas han sufrido en vivo y en directo, y no es sólo palabrería. A veces se me va la olla (unas con motivo y otras no). Y las bromas, las dejaremos para otra ocasión, que porque estemos rodando una comedia no quiere decir que podamos hacerlas. Esto último va dedicado al señor productor, que al parecer ha estado muy chistoso estos días.

domingo, 4 de mayo de 2008

Los Hermanos Donnelly en DVD

The Black Donnellys (Los Hermanos Donnelly) es una de las mejores creaciones televisivas de serie de ficción de los últimos tiempos, por desgracia, ya sabemos que la calidad no siempre va unida a la audiencia. La serie comenzó a emitirse en el canal NBC en horario de prime time, pero semana tras semana, la cuota de pantalla fue bajando hasta que en el capítulo siete, los directivos de la cadena decidieron cancelar la serie. Los seis episodios restantes se colgaron en la página web de la NBC. Y yo vuelvo a decir una vez más que si se hubiera emitido por HBO (Los Soprano, Sexo en Nueva York, A dos metros bajo tierra, Big Love...) esto no hubiera pasado.
Aquí en España, Canal Plus decidió arriesgarse y emitió la temporada al completo, haciéndonos felices a algunos seguidores como a mí.

Los creadores son Paul Haggis y Bobby Moresco, que se llevaron el Oscar al mejor guión por 'Crash', además, Paul Haggis ha sido también el guionista de 'Million Dollar Baby', 'Cartas desde Iwo Jima' y 'En el Valle de Elah'. La serie cuenta con un reparto de lujo con actores como Olivia Wilde (The O. C), Jonathan Tucker (Las vírgenes suicidas, Sleepers), Thomas Guiry (Mystic River, Black Hawk Derribado), Billy Lush (Beautiful Dreamer), Peter Green (Training Day, Pulp Fiction) y Michael Stahl David.
Se la ha querido comparar con Los Soprano, pero a mi juicio, se parecen más bien poco. Tan sólo en que ambas tratan sobre el mundo de la mafia, nada más.

La serie va sobre cuatro hermanos irlandeses (los Donnelly) que viven en el barrio de Hell's Kitchen en Nueva York. Allí tienen su propio bar, el Fire Cracker, pero no todos los hermanos tienen la templanza y el buen hacer de Tommy (Jonathan Tucker), el más disciplinado de los cuatro, que tendrá que sacarles las castañas del fuego en más de una ocasión a los suyos. En poco tiempo, los Donnelly se verán involucrados en mitad de una guerra de mafias que ellos mismos han provocado por protegerse los unos a los otros, y estarán dispuestos a cualquier cosa por mantener esa unión.

LOS PERSONAJES:
Jimmy
(Thomas Guiry), es el mayor de los hermanos, está enganchado a las drogas, es un criminal y un bocazas. La mayor parte de los líos vienen de él. A pesar de ser el más grande no tiene la iniciativa necesaria para tirar de sus hermanos. De pequeño, un coche le atropelló dejándole cojo. Sólo su hermano Tommy y Joey 'El Helado' saben quién conducía el coche...
Tommy (Jonathan Tucker), es el más disciplinado. Él toma las riendas de su familia. Cuando alguno de sus hermanos tiene algún problema, lo más normal es que acudan a Tommy para que éste se lo solucione. Su relación con Jenny es muy íntima, pero poco a poco, ella se va dando cuenta de que tal vez no le conviene estar con él.
Kevin (Billy Lush), es un jugador empedernido. Últimamente no le acompaña la suerte en las apuestas, aunque desde niño siempre ha tenido un don para ello.
Sean (Michael Stah David), es el más pequeño. Su madre quiere que estudie y encarrile su vida mejor que sus otros hermanos. Es un guaperas que se lleva de calle a todas las chicas.
Joey 'El Helado' (Keith Nobbs), según él, le apodan así porque bajo presión es como el hielo. Es el narrador de la serie y el mejor amigo de los Donnelly. Desde pequeño siempre quiso ser uno de ellos. Va contando la historia de los hermanos durante su estancia en la cárcel.
Jenny Reilly (Olivia Wilde), desde siempre ha acompañado a los hermanos Donnelly. Tiene un restaurante con su padre y está enamorada de Tommy.

Así comienza la serie:


Ahora la serie completa ha salido en DVD, en una edición de 4 discos. El único inconveniente es la falta de extras, ya que creo que únicamente contiene algunas escenas eliminadas. Aun así la quiero comprar. No sé por qué motivo mi mente no es capaz de seguir semana tras semana una serie (los Donnelly fueron una excepción), por eso me las tengo que comprar (o bajar), para poder ver los capítulos cuando a mí me dé la gana.
Hablando de extras, todavía no comprendo por qué no han incluido en los dvd's las pruebas de casting a los actores, que siempre resultan cuanto menos interesantes. Yo he tomado prestadas de la NBC las de Jonathan Tucker (Jimmy Donnelly) y Olivia Wilde (Jenny Reilly):



jueves, 1 de mayo de 2008

El violento Sam Peckinpah

Seguimos con más genios del cine. En esta ocasión el turno es para Sam Peckinpah (1925 Fresno, California - 1984 Inglewood, California) conocido por algunos como Bloody Sam. Hizo cine, televisión y teatro. Digamos que el género de sus películas fue habitualmente el western con una enorme dosis de violencia. De hecho, podemos decir que tiene el título de haber realizado según la crítica, la película más violenta jamás filmada, 'The Wild Bunch' (Grupo Salvaje), un título que bien lo podría tener Quentin Tarantino, un cineasta que ha recogido a su manera una gran parte de la herencia del cine de Sam Peckinpah.

El pasado mes de Abril le dedicaron un ciclo en la Filmoteca Española de Madrid, en el Cine Doré, donde se proyectaron películas como 'Ride the High Country' (Duelo en la alta sierra), 'Major Dandee' (Mayor Dandee), una versión restaurada y aproximada al resultado final que el director quería, ya que en su día Peckinpah se pasó del presupuesto y fue despedido, 'The Wild Bunch' (Grupo Salvaje), 'The Ballad of Cable Hogue' (La balada de Cable Hogue), donde le obligaron a suavizar su violencia y darle un toque más cómico, 'Straw Dogs' (Perros de paja), 'The getaway' (La huída), 'Pat Garrett & Billy the Kid', 'Junior Bonner' (El rey del rodeo), 'Bring me the Head of Alfredo García!' (Quiero la cabeza de Alfredo García) y 'The Killer Elite' (Los aristócratas del crimen). Un ciclo bastante completito.

Peckinpah ha trabajado con actores de la talla del recientemente fallecido Charlton Heston, Dustin Hoffman, Steve McQueen o Kris Kristofferson, y ha estado nominado al Oscar en una ocasión por el guión de 'The Wild Bunch'.
Os voy a hablar muy resumidamente de mis películas favoritas del Sangriento Sam:

En primer lugar como no podía ser de otra manera voy a empezar por 'The Wild Bunch' (Grupo Salvaje, 1969), una película que resucitó el género western en Estados Unidos, una película que como ya se ha dicho antes, es tremendamente violenta y sanguinaria, muy innovadora en sus formas y ante todo un gran clásico del cine. Una historia de ladrones con una huída incansable de cerca de dos horas y media de cinta hasta sobrepasar las fronteras de México, con William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan y Edmond O'Brien.

Un par de años más tarde haría la que más me gusta a mí, 'Straw Dogs' (Perros de paja, 1971), con un sensacional y sobre todo sorprendente Dustin Hoffman, cuyo personaje, David Sumner (no confundir con el cantante de Hombres G), y su mujer Amy Sunmer se ven intimidados por personajes destestables en un pueblecito al que se van a vivir. Por resumirlo de forma vulgar, al personaje de Dustin Hoffman, un chico tranquilo, le están tocando los huevos de manera considerable durante toda la película hasta que al final revienta y deja salir toda la ira que lleva dentro. Es habitual en Peckinpah y muchas veces en el mundo del cine comenzar la película con una imagen que te haga entrar en materia. Un ejemplo claro es el comienzo de 'Apocalypse Now' de Coppola.

Por supuesto, tengo que meter en este cortísimo resumen a 'Pat Garrett y Billy the Kid', película del año 1973, y es que lo merece sólo por tener una banda sonora como la que tiene, con la música de Bob Dylan (que también aparece como actor) y su Knockin' on Heaven's Door como canción estrella. Sobre la historia, creo que todos la conocemos en mayor o menor medida. Billy el Niño era un forajido que fue perseguido por el sheriff Pat Garrett, su antiguo compañero de fechorías. De nuevo, otra persecución violenta en una película de Peckinpah, con James Coburn como Pat Garrett y Kris Kristofferson como William H. Bonney (Billy el Niño). Sam en estado puro.

Un año después aparece 'Bring me the head of Alfredo García!', un título bastante explícito, ¿no os parece? Fue el último guión que escribió para una película. De nuevo alguien va detrás de alguien, en esta ocasión, la joven hija de un rico hacendado queda embarazada y es abandonada, lo que conlleva que su rico padre ofrezca una cuantiosa recompensa a quien dé con Alfredo García. Qué más decir, de nuevo Peckinpah haciendo lo que mejor sabe.

Quisiera incluír también su última película, 'The Osterman weekend' (Clave: Omega). No sé por qué, tal vez porque soy un apasionado de las películas de espías y porque soy un apasionado del escritor al que Sam adaptó en esta película, Bob Ludlum (1927-2001), autor de obras que deben ser leídas como El círculo Matarese, Trece en Zurich o El enigma de Parsifal así como de la trilogía sobre Jason Bourne (The Bourne Identity, The Bourne Supremacy, The Bourne Ultimatum) que más tarde se llevaron también al cine protagonizadas por Matt Damon, dirigidas por Doug Liman y el valiente de la cámara en mano Paul Greengrass, y adaptadas en forma de guión por Tony Gilroy (Michael Clayton). También hubo una versión para la televisión a finales de los 80 con Richard Chamberlain (El pájaro espino) en el papel de Bourne, pero ésa es otra historia...

En definitiva, Sam Peckinpah ha sido toda una fuente de influencias de la que han mamado bastantes cineastas de nuestros días. Muchos le han querido considerar como un poeta de la violencia. Murió a los 59 años tras vivir una vida tan salvaje como su obra.