domingo, 27 de septiembre de 2009

Bored To Death

'Bored To Death' es la nueva serie de televisión que el canal HBO acaba de estrenar esta temporada, y con los ingredientes de los que dispone, creo que lo tiene todo para que llegue a convertirse en una de mis series favoritas antes de que acabe el año, muy a pesar de lo que diga su título y algunas primeras críticas.



Rodada íntegramente en Brooklyn, uno de los cinco lugares del mundo en el que me gustaría vivir, la serie está protagonizada por Jason Schwartzman, Ted Danson (único), Zach Galifianakis, la jovencísima Olivia Thirlby, la carismática Parker Posey y hasta la estelar intervención de Jim Jarmusch en un episodio llamado 'El caso del guión desaparecido'. La duración de cada capítulo es de 30 minutos.



Jonathan (Schwartzman) es un escritor en caída libre, se siente perdido. Ha roto con su novia gracias en parte a su afición por la bebida y no es capaz de terminar su segunda novela. Ahora, en lugar de hacer frente a la realidad, Jonathan decide convertirse en detective privado a tiempo parcial para conseguir ser un héroe y un hombre de acción, aunque lo único que sabe del oficio es lo que ha leído en las novelas de Raymond Chandler.

El protagonista de la serie es en palabras del creador su propio álter ego, de hecho, los dos se llaman igual. Jonathan Ames, conocido sobre todo por sus novelas y comics como The Alcoholic, así lo contaba en su blog. Ames, que ha escrito todos los capítulos de Bored to Death, quería rendirle de esta manera un homenaje al cine negro. A mi querido cine negro. Veremos qué será lo que les depara el futuro.

martes, 22 de septiembre de 2009

Whit Stillman, un genio desaparecido

John Whitney Stillman, otro de los míos. Nació en Washington D.C en el año 1952. Afincado entre Madrid y Nueva York, una de sus películas extranjeras favoritas es 'Ópera Prima' de Fernando Trueba, un grandísimo amigo suyo. Estudió en Harvard, y en la década de los 90 se convirtió en un director y guionista de culto dentro del circuito independiente gracias en gran parte a 'Metropolitan', su película de debut, por la cual consiguió una nominación al Oscar al Mejor Guión Original. Ahora lleva más de diez años sin realizar nada por falta de oportunidades, y es una pena que alguien con tanto talento permanezca inactivo, en el olvido.



Durante todos estos años dice que se ha dedicado a escribir guiones que no han encontrado financiación, aunque parece que por momentos se atisba una luz al final del tunel con uno de esos guiones que ha desarrollado durante este tiempo, 'Dancing Mood', que trataría sobre la escena musical en las iglesias de Jamaica en los días que precedieron al reggae. También se comentaba la posibilidad de una adaptación de 'Little Green Men', una novela de Christopher Buckley que trata sobre un popular presentador de televisión que es abducido por extraterrestres justo después de un programa con el presidente de Estados Unidos. No obstante, en una entrevista reciente, Stillman daba casi por descartada esta opción después de que no hubiera movimientos por parte de producción.

En alguna ocasión, Whit ha criticado duramente el uso de las escuelas de cine porque según él, no ayudan a que sus estudiantes comprendan la historia del séptimo arte. "Hay una generación creciendo sin haber visto ni una sola película de Preston Sturges", comenta.
¿Pero cómo llegó él a conseguir tanto prestigio? He aquí su corta aunque gran biofilmografía:



Tras graduarse y ejercer durante un tiempo como periodista en Manhattan, Whit Stillman se adentró en el mundo del cine nada más y nada menos que vendiendo películas españolas.
En la famosa discoteca Studio 54 conoció a su actual mujer, Irene Pérez-Porro, nacida en Barcelona, ciudad a la que se mudó con ella. Una vez allí, también trabajó como actor en las películas 'La línea del cielo' de Fernando Colomo y 'Sal Gorda' de Fernando Trueba. Tras pasar gran parte de los años 80 en España, país hacia el que hay continuas referencias en su cine, Whit regresa a Nueva York para sacar adelante 'Metropolitan', su primera película.

Muchos han querido ver en su obra una mezcla entre Eric Rohmer y Woody Allen, y aunque es cierto que algo de ello hay, Whit Stillman se supo forjar su propio estilo, como los grandes, haciéndonos ver los defectos y la humanidad de una clase social medio alta y aburguesada que le es muy familiar, siempre en clave de comedia y con el añadido de unos diálogos frescos y ágiles, una característica que rápidamente se convirtió en su tarjeta de presentación. Se han referido a toda su obra realizada en los 90 como "la trilogía de los condenados burgueses enamorados". Vayamos por partes:



Año 1990. Whit Stillman estrena 'Metropolitan', la primera película de esa "trilogía" en la que nos contará parte de sus propias experiencias con una palabra clave en mente: distinción. También su película más premiada. Presentada en Sundance y en Locarno. Estrella de los Independent Spirit Awards y nominada a un Oscar. Lo que muchos no saben es que para conseguir dinero y rodarla, Stillman vendió su propio apartamento.

'Metropolitan' se desarrolla en Manhattan, Park Avenue del Upper East Side para ser exactos, y nos cuenta los encuentros de varios amigos en sus estupendas casas neoyorkinas durante unas vacaciones de Navidad. Las conversaciones entre sus personajes, inmaduros, jóvenes enamorados que juegan al bridge y visten esmoquin, los herederos de Jane Austen se podría decir, son el mayor filón de la película, bien exprimido gracias en gran parte a personajes como Nick Smith, Audrey Rouget y el aburrido socialista a favor del modelo desarrollado por Charles Fourier en el S. XIX Tom Townsend (Edward Clements), una de las principales bases del conflicto, un chico con otro punto de vista que nada tiene que ver con el del resto, un personaje que critica los hábitos de sus colegas con particular sentido del humor, al menos para nosotros los espectadores.

Metropolitan también nos enseñó lecciones básicas sobre la vida. Por ejemplo, nos enseñó que no es necesario leer un libro para tener una opinión de él (véase la Biblia), y también que los chicos altos, ricos, de buen ver, deshonestos, presumidos, fanfarrones, mentirosos, borrachos, ladrones, egocéntricos y probablemente psicóticos son altamente atractivos para las mujeres. Para mí además significó descubrir a un actorazo llamado Chris Eigeman, que más tarde trabajaría de nuevo con Whit y también en las primeras películas de Noah Baumbach. En definitiva, toda una joya de la que no se puede prescindir en tu videoteca. Una obra a la que más adelante me gustaría dedicar un post entero.



1994. Whit estrena 'Barcelona', su segunda película. Como a estas alturas ya sabréis, el director vivió durante un buen tiempo en la Ciudad Condal, lo suficiente como para escribir un buen guión sobre ella sin caer en estereotipos como hizo Woody Allen en su 'Vicky Cristina Barcelona'. Lo único que podría chirriar en ella es que Mira Sorvino interprete a una chica catalana y tal vez una comprometida secuencia de flamenco que por otra parte podría ser perfectamente viable, nada más. Además, Stillman escribió el guión precisamente durante su estancia en España, y se nota. Curiosamente es con mucha probabilidad la más difícil de conseguir en nuestro país. Tuve la ocasión de verla una sola vez hace ya un tiempo y ahora Criterion Collection parece que quiere lanzarse a distribuirla en un nuevo dvd y así conseguir tener los tres títulos de Stillman en sus arcas. Ojalá que así sea, la rememoremos bien y haga nuestras delicias.



En esta película, Whit Stillman vuelve a contar con su actor fetiche Chris Eigeman y con Taylor Nichols, que también aparecía en Metropolitan. La historia se desarrolla durante la última década de la Guerra Fría. Ted (Nichols), que acaba de romper con su novia, está trabajando en Barcelona para una compañía de Chicago cuando recibe la inesperada visita de su primo Fred (Eigeman) que lo cambiará todo. Ambos son dos estadounidenses en un país y en una ciudad anti-americana y anti-OTAN, dentro de una sociedad a la que tratan de comprender sin demasiado éxito.



1998. En su siguiente y última película hasta la fecha, Whit vuelve a tirar de experiencia propia para contarnos los últimos días de la música disco y de la discoteca de moda Studio 54, en la que como comentaba antes, conoció a su actual mujer. 'The last days of disco', que es como se titula su último trabajo, es un film por el que yo siento especial simpatía. El pasado mes de Agosto se editó por fin en dvd gracias como siempre a la marca Criterion, eso sí, de su disponibilidad en Europa ya es otro cantar, tendrías que comprarte primero un reproductor norteamericano. Por lo menos es casi mejor que pagar los desorbirtados precios por los que se subastaba en internet, superiores a 50 dólares en algunos casos.

Una curiosidad es que en la película jamás se pronuncia el nombre del conocido club en cuestión, pero no hace falta, todos sabemos de sobra que se trata del local de la calle 54 Oeste de Manhattan, donde se dejaban ver estrellas como Andy Warhol, Woody Allen, Cher, Liza Minnelli, John Travolta o Al Pacino. Incluso cuenta la leyenda que la última copa antes del cierre definitivo se la tomó Silvester Stallone.



En 'The last days of disco' volvemos a encontrarnos con una mayoría de personajes de cómodo nivel social, que como todos, también tienen problemas personales y profesionales en la vida. Entre el reparto tenemos a las maravillosas Chlöe Sevigny y Kate Beckinsale, dos chicas guapas y recién graduadas que trabajan en una editorial. Alice (Sevigny) es dulce, simpática y rechaza todo tipo de convencionalismos, mientras que su nueva amiga Charlotte (Beckinsale) es toda una arpía con la que es difícil sentir rechazo por lo gracioso de su papel. También destacan el ya conocido Chris Eigeman, un ligón siempre al borde del abismo, el simpático Robert Sean Leonard, sí, el doctor Wilson de 'House' y Jennifer Beals, la prota de 'Flashdance', en un breve pero muy risible papel.



Todas las vidas de estos personajes se concentran en las noches discotequeras de principios de los 80, donde no todos son aceptados, en especial los publicistas y la gente poco selecta. Llama la atención que durante sus casi dos horas de metraje, no dejamos de escuchar una constante banda sonora con gloriosos temas de música disco que a menudo te incitan al baile. Los diálogos magistrales vuelven a estar a la orden del día con desternillantes conversaciones como la de los yuppies, la de "el tío Gilito es sexy", o con la mejor crítica que yo jamás haya visto y oído acerca de 'La dama y el vagabundo'. Una película nostálgica en cierto sentido que marca el final de una generación para la que la música disco jamás morirá. Grande la última secuencia.



Así que por favor, los que no conozcan la filmografía de este genio pues podrían echarle un vistazo a ver qué les parece, y los que ya somos fans incondicionales de su obra desde hace tiempo, pedimos efusivamente que Whit Stillman vuelva a hacer películas. El cine lo agradecerá.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Any Fun

New York City. Cámara Super 8 en mano, el famoso skateboarder Mark Gonzales, alias Gonz, dirige el videoclip Any Fun de Jason Schwartzman, o lo que es lo mismo, Coconut Records, en lo que yo considero toda una lección de estilo con mi adorada musa del cine indie Chloë Sevigny. Y es que no creo que muchas personas tengan retratos de ella a tamaño póster gigante en sus casas.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Así están las cosas

Hace unos días leía una entrevista a Alejandro Amenábar en la que afirmaba que "la crisis del cine español es de guiones" y que "el problema es la escasez de buenas historias". No puedo estar más de acuerdo con sus palabras, a pesar de que la palabra "crisis" casi se podría aplicar a cualquier época cinematográfica en España, aunque claro está, no en cuanto a calidad de historias se refiere. Sin embargo, me gustaría extender un poco más esas palabras.

Iré directo al grano. De acuerdo, faltan buenas historias, de eso no creo que haya muchas dudas. En lo que hay que indagar es en el porqué, y aquí no creo que se trate de un problema de falta de buenos guionistas, más bien es un problema de falta de huevos. Sí, de falta de huevos por parte de la gente que tiene que apoyar esas buenas historias, que creedme, las hay, pero la mayoría se desechan o no llegan a las manos adecuadas.

Otra de las causas de la aparente falta de buenas historias, aunque no la principal, es el escaso relevo generacional. Se dice que el cine español parece estancado, que no hay diversidad ni variedad de géneros, y no me extraña, puesto que siempre estamos dependiendo de las mismas figuras mediáticas que ya conocemos. Está bien mantener nuestro patrimonio, que es rico y abundante, e incluso extenderlo, por supuesto, pero también hay que seguir progresando. Podemos tener ambas cosas, y de esta forma, sólo de ésta, se podría enderezar el rumbo.

Cada vez hay gente más preparada, con mayor formación, pero siempre vemos que en los créditos firman los mismos. Una vez alguien me dijo en justificación a estas líneas, que la mayoría de los jóvenes que vienen a intentar hacerse un hueco en la industria, tienen muy poca cultura cinematográfica y un paupérrimo conocimiento del cine clásico, por lo que sus referencias a la hora de crear quedan prácticamente anuladas, pero yo sé que los que van en serio y quieren hacer arte de verdad, van sobrados de eso. Lo que necesitan es la oportunidad.

Así pues, ¿qué hacen los noveles, la gente que pisa fuerte desde atrás y los honrados que intentan mantenerse en activo? Buscarse las habichuelas donde pueden o en el extranjero mientras Almodóvar hace 'Los abrazos rotos', Garci choricea dinero de los contribuyentes y la ministra de cultura colabora en cosas como 'Mentiras y Gordas', que inexplicablemente son éxitos en taquilla.

Pero no todo es de color negro, si buscamos muy a fondo, veremos que también podemos encontrar auténticas maravillas como 'Bajo las estrellas', 'Vete de mí', 'La noche de los girasoles', 'En la ciudad sin límites', 'Concursante' o '25 kilates', posiblemente la mejor película española en lo que va de este 2009, pero son excepciones que se dan una o dos veces al año. Son películas que casi nadie conoce cuando deberían copar un mayor número de espectadores y salas.

Conclusión: o te conviertes en un mercenario y escribes bazofias infames que parece ser lo que más gusta aquí, o intentas hacer un poco de arte y te pudres en el infierno mientras el cine español se va más a pique todavía. Por lo tanto, Alejandro, mucho me temo que o cambian las cosas, o las buenas historias seguirán faltando.

Otro día tal vez hable de la situación televisiva, que comparte algunos puntos en común con la del cine, sobre todo en su régimen totalitario, y quizá intente responder a preguntas tales como ¿por qué es tan difícil encontrar una serie española de calidad media? ¿por qué los personajes de 'Águila Roja' hablan igual que los de 'Los Serrano' y ¿qué demonios se le pasa a la gente por la cabeza para seguir viendo 'Los hombres de Paco'?

sábado, 5 de septiembre de 2009

French Cinema

A estas alturas muchos ya sabrán que me gusta bastante el cine francés. Pues bien, hoy os traigo uno de mis montajes musicales con secuencias de algunas de mis películas francesas de cabecera. Que conste que digo algunas porque si pusiera todas las que son importantes para mí, el vídeo, en lugar de durar tres minutos, duraría treinta como mínimo. El tema utilizado es una versión acústica de The Bridge is Broken interpretado por The Dø. Como siempre, espero que sea de vuestro agrado.