miércoles, 27 de enero de 2010

Up in the Air: maravilla absoluta

Me encantó desde el primer plano hasta el último. Up in the Air es la nueva película de Jason Reitman, director de Gracias por fumar, y el mismo tipo que nos sorprendía hace un par de años con Juno, la comedia adolescente escrita por Diablo Cody. Pero sinceramente yo creo que ésta es mucho mejor que las anteriores, lo que significa que la carrera de este hombre continúa despegando y subiendo alto, muy alto.



Up in the Air trata sobre el desempleo en tiempos de crisis, sobre la soledad, sobre la familia, sobre la vida. Hay romance, hay comedia, y hay un drama y una tristeza enorme en todo lo que vemos. Todo sensacionalmente escrito por el propio Reitman y su coguionista Sheldon Turner, que adaptan la historia de la novela homónima de Walter Kim, una novela que no tardaré mucho en conseguir. Sobre las interpretaciones comentaré que cada día que pasa envidio más a George Clooney, un tío asquerosamente encantador (palabras de Vera Farmiga) que lo tiene todo y que encima continúa superándose más y más en sus actuaciones. Aquí vuelve a estar de Oscar, literalmente, igual que sus compañeras de reparto, la guapísima Vera Farmiga, que siempre que se pone delante de una cámara se mueve y habla con una naturalidad pasmosa, y Anna Kendrick, que ha resultado ser todo un descubrimiento. También agrada ver los cameos de Zach Galifianakis, J.K. Simmons y Sam Elliott entre otros.
No me olvido de su banda sonora, que es de las que acompañan a la imagen y no de las que adornan. Un disco digno de tener en nuestras estanterías. Os invito a que lo comprobéis.



Así que tenemos a Ryan Bingham (George Clooney), que se dedica a despedir a la gente de sus puestos de trabajo mientras acumula millas de vuelo por todo el país. La mayoría del tiempo lo pasa solo, en el aire, entre aeropuertos. Allí es donde está su casa, pero un día se cruza en su camino Alex (Vera Farmiga), con la que inicia una relación a través de varias ciudades en las que coinciden mientras trabajan volando de un lado a otro. Ésta sería una de las líneas principales del argumento, pero la película es mucho más compleja a mi parecer, de ésas que te dejan tocado cuando abandonas la sala de cine. Una película absolutamente maravillosa que merece el reconocimiento por mucho más que por ser la que gana el Oscar al mejor guión, un premio que ganará de calle. Así que hacedme el favor de ir ya mismo al cine a verla, no lo lamentaréis.

martes, 19 de enero de 2010

Epitaph for my Heart

Cupido puso demasiado veneno en ese dardo... y ahora no hay suficiente alcohol en el mundo para curar esta herida. La primera parte de esta frase es de los Magnetic Fields, y la segunda es mía, aunque podría ser de cualquiera.

En High Fidelity, John Cusack grababa cintas recopilatorias en sus ratos libres, yo sin embargo, edito montajes musicales de películas. En esta ocasión traigo uno que para mí tal vez era necesario realizar ahora, no por la fabulosa Jeanne Moreau, probablemente la mejor actriz que ha dado Francia y quizás el mundo, protagonista absoluta del vídeo que veréis a continuación. Este montaje era necesario porque así lo sentía, pero no entraremos en eso. Las imágenes son de La bahía de los ángeles, de Jacques Demy, y de Ascensor para el Cadalso, de Louis Malle, dos películas que adoro. Ojalá que os guste.

martes, 12 de enero de 2010

Hasta la próxima, monsieur Rohmer

Perdonad mi pequeño abandono, ya venía avisando el mes pasado que se aproximaban fechas difíciles en las que iba a tener que dejar un poco de lado las entradas del blog. Y si no lo avisé o no lo dejé claro lo digo ahora. Pido perdón por la ausencia y por los futuros días que puede que sean algo más desérticos de lo habitual, pero hoy no podía faltarle a este señor, Eric Rohmer. Me he enterado tarde de su muerte, y cuando lo he oído se me ha encogido el corazón por tantos ratos de buen cine que ha hecho pasar este hombre tan peculiar, a quien le dedicaba un post hace unas semanas recordando algunas de sus películas con las que más he disfrutado.

Bajo mi punto de vista, nos ha dejado uno de los mayores genios de la historia del cine. Vale, de acuerdo, puede que sus películas no gustaran a la mayoría, a esa mayoría que consideraban su cine aburrido, demasiado filosófico o directamente para intelectuales, algo que por cierto, es falso, sin embargo, sí que reconozco que su cine es sólo apto para cinéfilos con un paladar muy especial. Ya sabéis que yo nunca me he decantado por los productos preferidos por las grandes masas, quizá por eso, Eric Rohmer fuera también uno de mis directores y guionistas favoritos. Yo, que siempre me he identificado de vez en cuando con la idilia de sus personajes, sobre todo por el que interpretaba Patrick Bauchau en 'La coleccionista', mi película favorita de su filmografía junto a 'Mi noche con Maud', 'La rodilla de Clara', 'Las noches de la luna llena', 'El rayo verde', 'Cuento de Verano', 'Pauline en la playa'...



"No hacer nada de nada y pensar en ello es agotador. Es cierto, trabajar es más fácil, se sigue un patrón. En el trabajo hay algo de pereza. El trabajo es una huida hacia delante, una especie de buena conciencia que adquirimos [...]. Me parece menos deshonroso dormir en casa de un amigo que ser asistido por el estado. La mayoría de gente que trabaja hoy hace un trabajo superfluo. Las tres cuartas partes de las actividades son parasitarias. No soy yo el parásito, son los burócratas, y también los técnicos [...]. En la actualidad no cuenta el trabajo, sino la apariencia. Todo el mundo dice que el trabajo no es más que un medio. Se habla de la civilización del ocio, y cuando lleguemos a eso, no tendremos sentido del ocio. Hay gente que trabaja cuarenta años para poder descansar, y cuando por fin lo logran, no saben qué hacer y se mueren. Sinceramente, creo que sirvo mejor a la humanidad holgazaneando que trabajando [...]. Siempre he lamentado no ser rico, pero si fuera rico, lo que tú llamas mi dandismo, sería una ventaja. Estaría totalmente falto de heroísmo, y no puedo concebir un dandy sin heroísmo.

Estas palabras escritas por Rohmer y puestas en boca de Patrick Baucheau en La coleccionista, son probablemente el momento de mi mayor identificación con uno de sus personajes.

Para cinéfilos con un paladar muy especial. Siempre idílico, siempre introspectivo, lógico, analizador, siempre pausado, siempre Rohmer.