martes, 29 de enero de 2008

Un día cualquiera

Así es un día de mi vida durante estos momentos. Esto es lo que he hecho hoy, aunque bien lo podría repetir mañana y pasado, pero espero no repetirlo el lunes que viene, aunque qué demonios, si es que lo que deberíamos hacer todos es irnos a algún pueblo perdido en la geografía o perdernos para siempre en algún lugar del mundo, como Bárbara Lennie en 'Obaba' (que la pusieron en "Es tu cine" la semana pasada) o como el protagonista de 'Hacia rutas salvajes' de Sean Penn. Pero la sociedad tiene ya unos cánones establecidos y no se atreve a realizar este tipo de acciones. Una pena... Al menos yo soy el más bohemio de toda la gente que conozco, que ya es algo. No sé si bueno o malo, yo siempre busco lo positivo, la verdad. Pero desde aquí, os animo a abandonarlo todo y a iros a vivir en libertad sin ninguna preocupación a algún lugar lo suficientemente apacible (o en su defecto ver películas de Terry Malick). Yo, como me canse lo haré. Es más, mis amigos me dicen que ya lo hago. No sé yo...

En fin, que hoy me he levantado a las 10 más o menos, he desayunado y me he ido a hacer un poco de deporte. Mi amado deporte. Primero tenis, con el que acabé bastante quemado conmigo mismo y no precisamente por haber jugado mal, sino por el tío que tenía delante de mí, que no había quien le hiciera un juego, de hecho, este personaje podría haber ganado a algún cabeza de serie del Open de Australia sin ninguna dificultad. Vamos, que hoy no ha habido nadie que le ganara al muy perro. Todo el que ha jugado contra él ha caído.

Después un rato de ping-pong. Ahí también he perdido. Aunque estuve ganando durante buena parte del tiempo, si es que soy un "Munson", es decir, que tengo el mundo en la palma de mi mano y luego se me escapa. Siempre lo he dicho, el tenis de mesa es un deporte monótono pero muy adictivo.

Luego nos hemos picado y nos hemos ido a la pista de atletismo para echar una carrera de 100 metros lisos cuando todo el mundo sabe que mi especialidad son las carreras de fondo de 1500 metros como mínimo. Pero bueno, al menos he quedado segundo.


Después he comido, he leído algo, he visto la tele un rato, me he conectado al msn y he salido de casa de nuevo olvidándome de desconectarme, por lo que lo siento mucho por todas las personas que han intentado hablar conmigo, y es que aunque aparecía como conectado, no he estado en casa en toda la tarde. Lo siento, no os lo toméis a mal.

Y es que he salido de casa además de para vaguear un rato por ahí, también para celebrar el cumpleaños de un amigo, pero al final, a alguien se le olvidó llamar al que hacía los años y hemos celebrado su cumpleaños sin él. Nos hemos ido a un bar cosmopolita que va a durar tres días abierto, ya lo anticipo, y nos hemos tomado algo mientras jugábamos al Trivial Pursuit. Y aquí debo decir que he ganado yo. Dicen que de suerte, pero sinceramente no creo que al trivial se gane sólo con suerte. Se necesita algo más.

Antes de volver a casa me pasé por el kiosko a comprar la Cinemanía, donde un mes más, vuelvo a tener mi columna habitual en la sección del hombre tranquilo. Ya he perdido la cuenta de las veces que he aparecido en esa sección de la revista, y es que son muchos años leyendo y escribiendo a esta gente tan maja. De hecho, creo que también aparecí el mes pasado, por lo que éste es mi segundo mes consecutivo. Si es que deberían hacerme fijo y pagarme un sueldo por tratar temas tan cojonudos.

Y nada, luego he llegado a casa, he cenado y he visto la tele hasta ahora que me he puesto a escribir en el blog. Me dormiré sobre la 1:30 de la noche tras escuchar El larguero, mientras sigo escribiendo otras cosas en mi ordenador, como es habitual en mí. Para mañana más de lo mismo, ya lo dije al principio, y es que como no consiga curro pronto me voy a ir a vivir al Himalaya a ver si alcanzo el nirvana. Y lo digo en serio.

sábado, 26 de enero de 2008

Rushmore (Escena de guión + Escena fílmica)

EXT.PARK-DAY

A cold day. Dry leaves fall from the trees in the park. Mr. Blume comes down the path to Max sitting alone on a bench. Max is dressed in blue jeans, a plaid shirt, a ski cap, and huge down parka. Mrs. Blume is wearing a topcoat and gloves. Max stands up to shake hands with her.

MAX

Thank you for meeting me.

MRS. BLUME (coldly)

You're welcome.

MAX

Would you like a sandwich?


Silence. Mrs. Blume looks around the park.

MRS. BLUME

All right.

She sits down. Max takes two sandwiches out of his backpack.

MAX

I have tuna fish and I have peanut butter and jelly. I'm sorry it's not
something more exotic.

MRS. BLUME

I'll take the tuna fish.

Max gives her the tuna fish sandwich.

MAX

Milk or apple juice?

Max holds out the two drinks. Mrs. Blume just stares at him.

MAX

You want me to cut to the chase?

Silence. Max puts down his sandwich and gathers his thoughts.

MAX

OK. As you know, Mr. Blume and I used to be friends.

MRS. BLUME

I have no idea what the relationship is between you and Herman. Honestly, I
find it very bizarre.

MAX (taken aback)

What do you mean to imply?

MRS. BLUME

I'm not implying anything. You make a very strange couple. It's
too bad Herman doesn't have that kind of affection for his own children.

MAX

Well, I'm sure he does.

MRS. BLUME

No, he doesn't.

MAX

I know you don't really mean that.

MRS. BLUME (angry)

Of course, I do.

MAX

From his perspective it's -

MRS. BLUME

Why did you call me?

MAX

That's what I'm trying to tell you.

MRS. BLUME (icily)

Please. Get to the point.

MAX

Gladly. Your husband's fucking a schoolteacher, pardon my French. I thought
you should know.

Silence.

MRS. BLUME

Why are you telling me this? Are you trying to hurt Mr. Blume? Or are you
trying to hurt me?

MAX

I have no reason to want to hurt you.

MRS. BLUME

Then you're trying to hurt Herman.

MAX

That's correct.

Y después de esto lo que pasaba era lo siguiente:

viernes, 25 de enero de 2008

Empijamado

Ésa es la palabra que ningún guionista quiere oír, y así estoy yo, que no sé ni en qué día vivo. Ha llegado la hora de la espera, otra vez. Tras finalizar todos mis proyectos programados hasta la fecha, ahora toca mover todas esas hordas para comprobar si son lo bastante fuertes como para arrasar algo. Obviamente yo considero que sí, para eso he trabajado tan duro.

En pijama espero la llamada o el mail de la productora, como tantos otros guionistas de este país. De mi habitación me voy a la cocina a por algo de agua, de la cocina me voy al salón a ver alguna película (la última "Academia Rushmore", otra vez). Luego me leo algún guión (ahora estoy con 21 gamos, enorme Guillermo Arriaga) . Luego me voy al ordenador a seguir enviando currículum a la larga lista de productoras que tengo seleccionadas, si veo alguna prueba de guión interesante la envío. Lo próximo que haré será hablar con un par de productores amigos...

Aunque si finalmente el aviso no se produce ni tampoco consigo vender nada de lo acabado, supongo que una de las opciones que me quedan sería irme a Barcelona enchufado a una empresa cuyo trabajo odio. Y sí, Barcelona es una gran ciudad, mejor que Madrid, yo siempre lo he dicho, pero realmente no me hace mucha gracia irme hasta allí. Intentaré evitarlo a toda costa.

Por otra parte, aunque el martes pasado estaba en un casting de actores para seleccionar a los próximos protagonistas de un corto escrito por mí en colaboración con la Asociación, yo ya he dejado bastante claro que no pienso rodar ninguno más por el momento. Por lo tanto, si quieren que dé mi veredicto sobre todos esos actores de teatro que se presentaron y que casi me dejan sordo, pues les diré a qué dos o tres de los 20 que había deben seleccionar, pero nada más. Mi relación con esta gente, que querían que continuara con ellos, ha finalizado. Una de las razones es su poca profesionalidad, otra es su incompetencia, también su pedantería y su hipocresía, que en lugar de una Asociación parecen el PP. Son razones, creo yo, más que suficientes, ya que a mí no me van esos rollos de ultraderecha.

Bueno, pues nada, que aquí sigo yo, con las alpargatas puestas.

Víctor.M

domingo, 20 de enero de 2008

La cena de los guionistas

La noche del pasado Viernes 18 de Enero fue una gran noche. No me divertía tanto desde hace mucho tiempo. Unos cuantos amigos del gremio habíamos concertado una cena varios días atrás y debo decir que me alegró muchísimo volver a verlos a todos, bueno, a casi todos, porque hubo una ausencia importante, no diré su nombre porque no me gusta echar las cosas en cara, además, tuvimos parte de culpa por no enviar un recordatorio de la cena y ser tan poco previsibles de que una noche pactada desde hace tanto podría olvidársele a cualquiera, con la casualidad, o no, de que el que se olvidó es el único de nosotros que aparece en "imdb". En fin, Alejo, que espero que estés bien porque es que no hemos recibido noticias tuyas todavía, ya sabemos que estás ocupado y que andas negociando entre Londres y Buenos Aires. Independientemente, nosotros, aunque tú no estuvieras, brindamos por todos nuestros éxitos del presente y del futuro, un brindis en el que te incluímos a ti, claro que sí. Ups, creo que al final he dicho tu nombre... Bueno, qué le vamos a hacer, el caso es que las cosas sucedieron así:

Salí de casa tan sólo 15 minutos antes de la hora a la que habíamos quedado, pero como el metro de Madrid vuela (cuando le da la gana), llegué a tiempo al Cine Doré (Filmoteca Española, lugar de encuentro de multitud de cineastas), donde nos teníamos que reunir, tan a tiempo que llegué el primero, como suele ser habitual en mí. Un inciso: el que no haya ido al Doré, no sé a qué espera, es el templo del cine en España. Bien, pues llegué el primero y para no quedarme allí de pie entre medias de todos esos cinéfilos con boina o sin ella, con pelo largo o sin pelo, con ese aire intelectualoide típico de algunos, que hablan sin parar del mundo del "faranduleo", unos con más acierto que otros, también hay que decirlo, pues me fui pidiendo una caña en ese precioso hall/cafetería.

El cine Doré

A los pocos minutos comenzaron a llegar los compañeros. Alguno declaró que su retraso se debía a una equivocación, que se confundió de lugar yendo primero a la biblioteca de la filmoteca, unos metros más arriba, ¿pero para qué íbamos a quedar en una biblioteca que además a esas horas está cerrada?. Al salir de allí nos dirigimos a los bares de esa zona de Antón Martín, donde hablamos de nuestras cosas, nuestros proyectos, nuestra vida, el futuro, anécdotas, política, de todo un poco. Y nos seguimos entonando con más cañas. Antes de que se me olvidara, le digo a Nuria que me firme su libro, "Cómo crear una serie de televisión". Ella me escribe toda la primera página con una bonita dedicatoria que no pude leer hasta el día después ya por la tarde por el suceso que más adelante contaré. Bueno, luego nos pedimos una ración de "Ropa Sucia", que no os engañe el nombre, es una delicia de plato, en otro bar "cultureta". Allí escucho alguna que otra promesa tal como, "Si vendo una serie os engancho a todos de guionistas" o "A ver cúando os pasáis por TVE." Bueno, mi anterior visita a Globomedia cuando estudiaba comedia no estuvo mal, ya veremos a ver qué tal esto otro. Ah, sí, y también sigue resonando en mis oídos eso del Premio Pilar Bardem, pero lo repetí en su momento y lo repito ahora, es imposible rebajar mi guión hasta las 90 páginas, por muchos diálogos que suprima o por escenas que elimine. El problema es que no sobra nada, si quitas una escena se me desmonta todo, no funcionaría. Lo hice así para que cada escena llevara a la siguiente. Cada escena cuenta algo y hace avanzar la historia, si las quito, no hay nada, como debe ser un buen guión. Aunque sé de sobra que de vez en cuando tienes que hacer el sacrificio.

Después de más comida y más cañas, al final sólo nos quedamos tres mosqueteros. Como estamos entre Antón Martín y Tirso de Molina, nos entra la duda de adónde ir, tenemos Lavapiés al lado, Huertas por el otro, pero tras alguna que otra divagación, decidimos irnos a Malasaña, que está un poco más lejos pero tampoco mucho, solamente tenemos que atravesar Sol y la Gran Vía para llegar hasta Tribunal, y sabrás que has llegado hasta allí cuando veas a grupos de cuatro policías en cada cruce de calle.
La pared del Penta

Entramos en garitos como el Sideral, en los que no es extraño escuchar buena música. Tras más buenos temas de conversación y unos tercios de cerveza, le digo a una amiga que me guarde mis cosas en su bolso. Después, nos seguimos moviendo por allí para entrar en el Penta, mítico y gran bar donde los haya, donde sólo hay buena gente y buena música. Nos ponen nuestros temas favoritos, los de nuestra infancia, los de toda la vida, desde la movida madrileña hasta la música surf. Nos quedamos casi ciegos tanto con todos los tercios que nos bebemos como con los fogonazos de los flashses, y yo, yo tirando todas las botellas de las repisas de las columnas. Si es que están mal construidas...

Una de las cosas que más me asombró es ver cómo una tía puede aguantar bebiendo tercios y ni siquiera inmutarse cuando yo en cambio, con la misma cantidad, ya iba un poco tocado. ¿Estaré perdiendo aguante? No, lo que pasa es que los vascos pueden con todo. Por cierto, ¿por qué todos tenemos la misteriosa costumbre de quitar las pegatinas de los botellines?
Al despedirnos, nos deseamos lo mejor y todo eso, muy bien, cada uno se va por un sitio, seguro que pronto nos volvemos a ver (y tanto) yo vuelvo para Sol para coger el búho que me lleve de vuelta a casa, pero justo antes de llegar me digo, "¡Hostias, mis cosas! Rápidamente llamada de teléfono, pero demasiado tarde, y además, no me apetecía volver a andar más.
Ayer volví al Doré para recoger mis pertenencias. Si es que soy un despistado.

Víctor M.

PD: Perdón por esta ebria redacción. Si alguno de los aludidos lee esto y no está de acuerdo con algo que me lo diga y enseguida lo arreglamos.

lunes, 14 de enero de 2008

La libreta del guionista

Muchos creyeron que era un mito, otros directamente me tacharon de mentiroso. El caso es que la famosa libreta que siempre llevo encima, existe. Hoy he escrito mis últimas palabras en ella, ha sido un momento triste. Una libreta para un guionista es como una parte de su alma, casi como una extremidad más de su cuerpo, o más bien de su mente, de sus recuerdos e ideas.



Ahora tendré que comprarme otra libreta. Me costará familiarizarme con ella, pero espero que pasemos tan buenos ratos juntos como los que he pasado con ésta.

Víctor M.

PD: los que votaron en la encuesta a la pregunta de quién iba a ganar el Globo de Oro al mejor guión, y votaron por los Hermanos Coen, han acertado.

jueves, 10 de enero de 2008

Rememorando (Lori Meyers)

Estoy en pleno colapso mental, así lo digo. Llevo dos días que no sé lo que me pasa. No veo la noche ni la luz del día, tan sólo la pantalla de mi ordenador. Y yo soy de los que escribe siempre, estén o no inspirados. Mi propósito es avanzar lo máximo posible. Las correcciones ya vendrán, pero es que ni eso. En esta carrera contra el tiempo, necesito llegar al menos empatado, y voy perdiendo por mucho. Siempre fui buen fondista, por eso tengo esperanzas. Como no lo consiga se me va a desmontar todo lo programado.
En fin querido lector, perdón por esta pequeña introducción. No es que quisiera contar nada de esto, simplemente necesitaba escribirlo para ver si reacciono. Los tres paseos de ayer no fueron suficientes. Al menos hoy, en lo que va de mañana, he conseguido remontar algo el vuelo, pero sigo perdiendo.

Rememorando (Lori Meyers)
Ahora sí que sí, empezamos.
Esta mañana, a primera hora cuando me he duchado, me ha dado por poner uno de los cd's de temas variados que tengo y pasé al azar hasta la canción número 37 con la sorpresa para mí de que esta canción no la escuchaba... ¡desde el viernes pasado! Cuando mis amigos y yo nos quedamos solos en un bar que esperaba a que nos fuéramos para cerrar, pero nosotros le pedimos al que ponía la música una canción antes de irnos: Sus nuevos zapatos-Lori Meyers. Bien, pues este mismo tema ha vuelto a sonar con la diferencia de que hoy no estaba borracho, faltaría más que lo estuviera a las 8:30 de la mañana un jueves, ¿no?. El caso es que me han venido unos recuerdos a la mente mientras la escuchaba. Sí, el concierto de los Lori que vimos en verano, donde también cantaron esta canción, con todas las poperas y poperos, pero más que el momento de la canción, lo que he recordado fue esa conversación surrealista con Noni (voz-guitarra del grupo), y es que tras finalizar el concierto, nos quedamos bebiendo cervezas hasta altas horas de la madrugada hasta que en un momento dado, Noni, que también estaba por allí bebiendo o no sé qué, pasa por nuestro lado. Le pedimos que se haga una foto con nosotros, el tío va encantado, empezamos a hablar y hablar, bebiendo más, y pasándonos un porro que él mismo traía. Mantenemos una profunda conversación sobre fútbol, música, Granada 74, Manchester, Maldini (le recomendamos a Noni que hiciera una canción homenaje a Julio Maldonado, su nombre auténtico), yo le digo que su guitarra habla, que suena de puta madre, él me responde, " ¿cuál? ¿la mía? Pero si no hago más que aporrearla." Hablamos sobre muchas cosas, pero lo que estoy seguro que todos recordamos es el momento en el que nos cuenta su anécdota con Los Planetas en el autobús que les llevaba al Festival contemPOPránea. No la contaré aquí porque no lo considero apropiado. Eso quedará en nuestro recuerdo para siempre o hasta que padezcamos alzheimer.
Ya sólo quedábamos nosotros y ellos en el lugar del concierto. Todavía recuerdo cuando nos fuimos de allí, al mismo tiempo que ellos con su furgoneta de camino hacia el norte. Ellos, acompañados por sus chicas nos tocan el claxon, nosotros saludamos levantando las manos, ellos también. Grandes Lori Meyers, muy grandes. A ver para cuándo ese tercer álbum, y a ver para cuándo podemos ir a ver otro concierto y saludar a Noni una vez más.
Escuchar "Sus nuevos zapatos"

martes, 8 de enero de 2008

De rebajas

Hoy me he tomado la mañana libre. Cosa que no debería haber hecho, ya que para el domingo tengo que tener un primer borrador de mi nuevo largo y todavía me quedan alrededor de 50 páginas por escribir calculo yo. Casi la mitad.

En un día en el que podría haber salido a la calle en shorts y con chanclas, porque manda huevos que estemos a 8 de Enero y haga este calor, muestra irrefutable de que nuestro planeta se va a la mierda (hablando de que nuestro planeta se vaya a la mierda, ayer vi ”12 monos”, película que no veía desde hace mucho tiempo y que ya casi no recordaba lo cojonuda que era). Pero a lo que vamos, que en esta mañana veraniega del mes de Enero pues me fui a las rebajas a ver si cazaba algo. Las calles hasta los topes, la gente apelotonada, y yo por ahí en medio como tantas otras veces. Es curioso que nunca te fijas en el resto de la gente que pasa a tu lado(al menos yo), al no ser que sea una tía que esté muy buena o el entrevistador de la Ser, que va con su micrófono acechando para conseguir una entrevista. La primera vez que me lo encontré ya iba yo con una bolsa bastante grande de una compra que había hecho y el tío dispuesto a entrevistarme: “Perdone caballero, ¿le importa que le haga unas preguntas sobre las rebajas?”. Yo ni caso, paso de largo, le dejo plantado, y no es que los de la Ser me caigan mal, todo lo contrario, son muy majos, pero es que no me apetecía hacer declaraciones. De verdad, probadlo el que no lo haya hecho, eludid a los medios de comunicación, hay un instante en el que te sientes como los famosos. No en serio, simplemente es que no me apetecía pararme, y menos para hablar de las rebajas. Más comprar y menos hablar. Sin embargo, si me hubieran preguntado: “¿Qué te ha parecido la película Viaje a Darjeeling?” Ahí sí, seguramente me hubiera parado a responder.
De todas formas, el tío de la Ser estaba dispuesto a conseguir una declaración mía, y cuando regresé calle atrás de nuevo tras visitar alguna que otra tienda más, el periodista se volvió a lanzar hacia mí: “Perdone caballero, ¿le importa que le haga unas preguntas sobre las rebajas?” ¿Qué creéis que hice?

Vïctor.M

miércoles, 2 de enero de 2008

Tic-Tac

¡Reloj, no marques las horas! Como decía aquél. Y es que tras un paréntesis de juegos, fiestas, alcohol y tíos que cantan rancheras en casa de Alejandro Sanz en Nochevieja, de nuevo volvemos a la vida y nos damos cuenta de que todo sigue igual(salvo que ahora hay un 8 donde antes había un 7), con un reloj que suena una y otra vez detrás de nuestra cabeza, tic-tac-tic-tac. La gente se suele marcar nuevos objetivos, pero cuidado, si aún no has cumplido los anteriores no añadas más. Ya sé que el tiempo corre, lo sé muy bien, y siempre, siempre, jugará en tu contra, por mucho que trates de olvidarlo, por mucho que quieras hacer caso omiso de él, el tiempo siempre estará ahí, omnipresente, y lo peor de todo es que sabes que no vas a poder vencerle. Por lo tanto, empieza a cumplir objetivos de una vez, recuerda que un hombre no es lo que dice, es lo que hace. Cumple tus sueños antes de que el tiempo te lo impida, hazlo ya mismo si puedes, sé paciente si quieres, eso es bueno, pero lo justo, no esperes toda una vida para realizarlo. Solamente hay un camino posible para llegar allí: luchar. Puede sonar a tópico, pero es la verdad. Puedes luchar o puedes huir, pero el mundo siempre será de los valientes, de los que arriesgan para ganar, por eso, no hagas caso de falsos mentores que te dicen una y otra vez que abandones tu sueño irrealizable, ni les escuches, estos falsos mentores están por todas partes, pero puedes vencerles, no dejes que atemoricen tu alma, sigue adelante, camina contra la tormenta de arena, siempre hacia adelante. Ellos te dirán que te busques algo que valga la pena de verdad, pero lo que para ti vale la pena de verdad es esto por lo que luchas, no por lo que ellos quieren que luches.
Francis Ford Coppola y Martin Scorsese actuaron una vez de falsos mentores de George Lucas. Le dijeron hace ya mucho tiempo cuando todavía estudiaban todos juntos en la UCLA, que no siguiera adelante con su proyecto de las galaxias, que era una locura, pero Tito Lucas, resuelto, decidió continuar y no hacer caso ni a Martin ni a Francis, continuó y triunfó, e hizo que años más tarde, sus falsos mentores recogieran sus palabras y se las metieran por donde ya sabéis.
En tu propio camino también cabe la posibilidad de encontrar a un verdadero mentor, alguien que te enseñe el camino y te dé ánimos. En el caso de Lucas, este verdadero mentor fue Spielberg, que le apoyó en su momento y se siguen apoyando mutuamente hoy en día.
Toma este ejemplo que estoy seguro te será útil en tus andanzas. El tiempo está ahí, vale, pero todavía quedan segundos suficientes para vencer al guardián del umbral y conseguir la victoria.

Víctor M.