jueves, 29 de mayo de 2008

El talento de Mr. Minghella

No sé si lo sabéis, pero muy recientemente ha fallecido Anthony Minghella (hace poco más de dos meses). Tenía 54 años y siempre se ha autodenominado escritor, un escritor que tuvo la ocasión de dirigir sus propios guiones. Ha sido uno de los cineastas británicos más reconocidos en los últimos veinte años. Ha hecho películas como la premiadísima 'El paciente inglés', la brillante 'El talento de Mr. Ripley', 'Cold Mountain' o 'Breaking and Entering', siempre rodeado de repartos de lujo. Deja como pieza póstuma el guión de su cortometraje a incluir dentro de la versión yankee de 'Paris Je t'aime', llamada 'New York, I Love You'.

De estas cuatro películas que he puesto, me gustan las cuatro, pero claro, como todos, tengo una debilidad. No es El paciente inglés, tampoco Cold Mountain, ni Breaking and Entering. Mi debilidad de Anthony Minghella siempre ha sido The Talented Mr. Ripley. Se han hecho varias películas sobre Tom Ripley, el personaje de las novelas de Patricia Highsmith, y aprecio mucho El talento de Mr. Ripley de René Clemént con Alain Delon, y a otros inmensos actores que han interpretado el papel del personaje como Dennis Hopper o John Malkovich, pero por algún motivo (y sé que voy a contracorriente de mucha gente), mi favorita siempre ha sido la de Minghella. No sé lo que será, puede que la ambientación de la Italia de los años 50 y esas localizaciones preciosas como Mongibello, Nápoles, San Remo, Roma... O tal vez los actores, con papelón de Jude Law, Cate Blanchett, Philip Seymour Hoffman, Matt Damon, Gwyneth Paltrow, Philip Baker Hall... O quizás sean esos diálogos tan agudos y mordaces, o la espléndida banda sonora, o la elegante dirección de Minghella, o a lo mejor es el cúmulo de todo esto, no lo sé, pero para mí tiene algo que la hace especial. Y es que desde el comienzo la fabulosa historia te engancha:

Todo comienza con Tom Ripley y una voz en off demoledora arripintiéndose por todo lo hecho. Tom pide prestada una americana de Princeton para poder tocar el piano en una fiesta de etiqueta al aire libre. El artífice de dicha fiesta es un rico magnate que tras charlar con Ripley sobre su gran actuación y reconocer el escudo de Princeton, le pregunta a Tom si conoce a su hijo Dickie, que también estudió allí. Tom miente y dice conocerle, entonces el padre le ofrece una buena suma de dinero por traer a Dickie de vuelta a casa desde Italia.

PROLOGUE: INT. RIPLEY'S CABIN. EVENING.
Fade up on Ripley, as in the final scene of the film, sitting, desolate in a ship's cabin. The camera rotates around his face, which begins in light and ends in darkness.

RIPLEY (O/S)
If I could just go back. If I could rub
everything out. Starting with myself.
Starting with borrowing a jacket.
Como dice Dickie Greenleaf (Jude Law) en la película: "Todos tenemos talento para algo". El de Anthony Minghella estaba claro.


Igual reconocimiento o más merece un hombre que fue productor ejecutivo de El talento de Mr. Ripley, estoy hablando de Sydney Pollack, director, actor y productor, fallecido hace apenas tres días. De él nos quedamos con algunas obras imprescindibles: Tal como éramos, Ausencia de malicia, Tootsie, Memorias de África, Sabrina (y sus amores) o Los tres días del Cóndor.

5 comentarios:

Sun-T dijo...

la brillante 'El talento de Mr. Ripley??? Uffff ahi me has dado, ni Mingella es santo de mi devocion, ni esa adaptacion de P. Highsmith me parece la mejor. Solo destaco una cosa:"Tuo Vu Fa L'Americano", esa version me hace vibrar. Lo siento pero es una e tantas cosas en que no coincidimos. Ya habra otras en que si

Víctor M. dijo...

No se puede coincidir siempre, sabía que me caería alguna crítica por esto, de hecho ya lo advertí en el mismo post, que aquí voy a contracorriente de algunos. Desde luego que la mayoría coindide en que la mejor adaptación del personaje es la de Clement, de acuerdo, pero es que a mí el estilo visual de Minghella me cautivava, quizás lo que le falta es algo de velocidad a la obra, pero la ambientación y las actuaciones ganan muchos puntos, así como el desarrollo, ya que a pesar de la dificultad de la trama, Minghella te sabía contar bien las historias.
Lo dicho, no se puede coincidir siempre, y creo que no es bueno coincidir siempre, yo sólo expreso lo que siento cuando se ponen ante mí imágenes y sonidos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Definitivamente lo mío son las series, las tengo mucho más controladas que el cine, pero bueno, para éso estás tú (y tu blog) para hacerme ver lo que he pasado por alto. Aunque sí que conocía películas de Minghella, también tomo nota de esta película y la uno a mi interminable lista de cosas por ver.
¿Te metes a la cama a la 1.20 porque no tienes nada que hacer al día siguiente, porque no puedes dormir o porque a esas horas se escribe mejor?
un besote!

Víctor M. dijo...

Te rectifico, Scry, a la 1:20 escribía en tu blog, la hora a la que me metí en la cama era otra. Siempre hay cosas que hacer al día siguiente, es verdad que es por la tarde cuando más se me requiere. La mañana la empleo en mis cosas (y siempre cumplo mi horario: 8:15-13:30) y la tarde (al menos este mes) en la sala de montaje, a la que entro dentro de media hora y de la que no saldré hasta la noche. Así que la primera pregunta queda descartada, no tanto las dos siguientes, porque bien es cierto que por las noches estoy más lúcido que por las mañanas y bien es sabido que no le acabo de coger el punto al sueño. De momento le estoy echando la culpa a la climatología.
Ya leí que estabas enganchada a Los Soprano, todos acabamos cayendo.

Anónimo dijo...

Y con las ganas me he quedado, que Stage6 ha caído y con ello la mayoría de las webs... capítulo 11 de la primera temporada...
ja-ja-ja.
todavía no he pensado cómo suicidarme o a quién matar, pero ya tengo el papel y el boli para hacer la lista de las cabezas que rodarán... yo de exámenes y sin nada con lo que distraerme!!!