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El director porteño ha vuelto a unir diez años después de 'El mismo amor, la misma lluvia' (una película que me encanta), a dos portentos de la actuación, Ricardo Darín y Soledad Villamil. Dos personas que se compenetran como pocos en lo que hacen, que son capaces de transmitir infinidad de sentimientos con tan sólo una mirada. Los ojos hablan, y nadie los puede callar. Sin embargo, como a estos dos ya les conocía, el que me sorprendió aún más fue Guillermo Francella. Espectacular este tipo. Una interpretación que roza la perfección. Todo en conjunto forma así un engranaje que rueda a piñón. Hay intriga, hay historias de amor hilvanadas con aguja de sastre, hay esos toques de humor tan característicos de la filmografía del director. Bajo mi punto de vista, El secreto de sus ojos es una de esas pocas películas, que como suelo decir, llegan a convertirse en clásicos al instante. Todavía me sigo preguntando cómo demonios rodó Campanella ese increíble plano secuencia en el estadio de fútbol durante el partido del Racing Club de Avellaneda. Él dice que tardó 16 días para grabar ese plano, pero en el montaje final yo no veo los cortes por ninguna parte. Señoras y señores, esto es cine.
3 comentarios:
tiene muy buena pinta!! estoy deseando verla
saludos
No lo lamentarás, Rosalía. Es una grandísima película.
Saludos.
La acabo de ver y me dejó flotando ese ambiente de recuerdos instantaneos que deja cualquier película que sea buena de verdad. Comparto lo que dices sobre la toma del estadio. Es para quitarse el sombrero y decir: No hay fronteras ni territorio alguno para hacer una obra de arte cinematográfica.
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