John Whitney Stillman, otro de los míos. Nació en Washington D.C en el año 1952. Afincado entre Madrid y Nueva York, una de sus películas extranjeras favoritas es 'Ópera Prima' de Fernando Trueba, un grandísimo amigo suyo. Estudió en Harvard, y en la década de los 90 se convirtió en un director y guionista de culto dentro del circuito independiente gracias en gran parte a 'Metropolitan', su película de debut, por la cual consiguió una nominación al Oscar al Mejor Guión Original. Ahora lleva más de diez años sin realizar nada por falta de oportunidades, y es una pena que alguien con tanto talento permanezca inactivo, en el olvido.
Durante todos estos años dice que se ha dedicado a escribir guiones que no han encontrado financiación, aunque parece que por momentos se atisba una luz al final del tunel con uno de esos guiones que ha desarrollado durante este tiempo, 'Dancing Mood', que trataría sobre la escena musical en las iglesias de Jamaica en los días que precedieron al reggae. También se comentaba la posibilidad de una adaptación de 'Little Green Men', una novela de Christopher Buckley que trata sobre un popular presentador de televisión que es abducido por extraterrestres justo después de un programa con el presidente de Estados Unidos. No obstante, en una entrevista reciente, Stillman daba casi por descartada esta opción después de que no hubiera movimientos por parte de producción.
En alguna ocasión, Whit ha criticado duramente el uso de las escuelas de cine porque según él, no ayudan a que sus estudiantes comprendan la historia del séptimo arte. "Hay una generación creciendo sin haber visto ni una sola película de Preston Sturges", comenta.
¿Pero cómo llegó él a conseguir tanto prestigio? He aquí su corta aunque gran biofilmografía:
Tras graduarse y ejercer durante un tiempo como periodista en Manhattan, Whit Stillman se adentró en el mundo del cine nada más y nada menos que vendiendo películas españolas.
En la famosa discoteca Studio 54 conoció a su actual mujer, Irene Pérez-Porro, nacida en Barcelona, ciudad a la que se mudó con ella. Una vez allí, también trabajó como actor en las películas 'La línea del cielo' de Fernando Colomo y 'Sal Gorda' de Fernando Trueba. Tras pasar gran parte de los años 80 en España, país hacia el que hay continuas referencias en su cine, Whit regresa a Nueva York para sacar adelante 'Metropolitan', su primera película.
Muchos han querido ver en su obra una mezcla entre Eric Rohmer y Woody Allen, y aunque es cierto que algo de ello hay, Whit Stillman se supo forjar su propio estilo, como los grandes, haciéndonos ver los defectos y la humanidad de una clase social medio alta y aburguesada que le es muy familiar, siempre en clave de comedia y con el añadido de unos diálogos frescos y ágiles, una característica que rápidamente se convirtió en su tarjeta de presentación. Se han referido a toda su obra realizada en los 90 como "la trilogía de los condenados burgueses enamorados". Vayamos por partes:
Año 1990. Whit Stillman estrena 'Metropolitan', la primera película de esa "trilogía" en la que nos contará parte de sus propias experiencias con una palabra clave en mente: distinción. También su película más premiada. Presentada en Sundance y en Locarno. Estrella de los Independent Spirit Awards y nominada a un Oscar. Lo que muchos no saben es que para conseguir dinero y rodarla, Stillman vendió su propio apartamento.
'Metropolitan' se desarrolla en Manhattan, Park Avenue del Upper East Side para ser exactos, y nos cuenta los encuentros de varios amigos en sus estupendas casas neoyorkinas durante unas vacaciones de Navidad. Las conversaciones entre sus personajes, inmaduros, jóvenes enamorados que juegan al bridge y visten esmoquin, los herederos de Jane Austen se podría decir, son el mayor filón de la película, bien exprimido gracias en gran parte a personajes como Nick Smith, Audrey Rouget y el aburrido socialista a favor del modelo desarrollado por Charles Fourier en el S. XIX Tom Townsend (Edward Clements), una de las principales bases del conflicto, un chico con otro punto de vista que nada tiene que ver con el del resto, un personaje que critica los hábitos de sus colegas con particular sentido del humor, al menos para nosotros los espectadores.
Metropolitan también nos enseñó lecciones básicas sobre la vida. Por ejemplo, nos enseñó que no es necesario leer un libro para tener una opinión de él (véase la Biblia), y también que los chicos altos, ricos, de buen ver, deshonestos, presumidos, fanfarrones, mentirosos, borrachos, ladrones, egocéntricos y probablemente psicóticos son altamente atractivos para las mujeres. Para mí además significó descubrir a un actorazo llamado Chris Eigeman, que más tarde trabajaría de nuevo con Whit y también en las primeras películas de Noah Baumbach. En definitiva, toda una joya de la que no se puede prescindir en tu videoteca. Una obra a la que más adelante me gustaría dedicar un post entero.
1994. Whit estrena 'Barcelona', su segunda película. Como a estas alturas ya sabréis, el director vivió durante un buen tiempo en la Ciudad Condal, lo suficiente como para escribir un buen guión sobre ella sin caer en estereotipos como hizo Woody Allen en su 'Vicky Cristina Barcelona'. Lo único que podría chirriar en ella es que Mira Sorvino interprete a una chica catalana y tal vez una comprometida secuencia de flamenco que por otra parte podría ser perfectamente viable, nada más. Además, Stillman escribió el guión precisamente durante su estancia en España, y se nota. Curiosamente es con mucha probabilidad la más difícil de conseguir en nuestro país. Tuve la ocasión de verla una sola vez hace ya un tiempo y ahora Criterion Collection parece que quiere lanzarse a distribuirla en un nuevo dvd y así conseguir tener los tres títulos de Stillman en sus arcas. Ojalá que así sea, la rememoremos bien y haga nuestras delicias.
En esta película, Whit Stillman vuelve a contar con su actor fetiche Chris Eigeman y con Taylor Nichols, que también aparecía en Metropolitan. La historia se desarrolla durante la última década de la Guerra Fría. Ted (Nichols), que acaba de romper con su novia, está trabajando en Barcelona para una compañía de Chicago cuando recibe la inesperada visita de su primo Fred (Eigeman) que lo cambiará todo. Ambos son dos estadounidenses en un país y en una ciudad anti-americana y anti-OTAN, dentro de una sociedad a la que tratan de comprender sin demasiado éxito.
1998. En su siguiente y última película hasta la fecha, Whit vuelve a tirar de experiencia propia para contarnos los últimos días de la música disco y de la discoteca de moda Studio 54, en la que como comentaba antes, conoció a su actual mujer. 'The last days of disco', que es como se titula su último trabajo, es un film por el que yo siento especial simpatía. El pasado mes de Agosto se editó por fin en dvd gracias como siempre a la marca Criterion, eso sí, de su disponibilidad en Europa ya es otro cantar, tendrías que comprarte primero un reproductor norteamericano. Por lo menos es casi mejor que pagar los desorbirtados precios por los que se subastaba en internet, superiores a 50 dólares en algunos casos.
Una curiosidad es que en la película jamás se pronuncia el nombre del conocido club en cuestión, pero no hace falta, todos sabemos de sobra que se trata del local de la calle 54 Oeste de Manhattan, donde se dejaban ver estrellas como Andy Warhol, Woody Allen, Cher, Liza Minnelli, John Travolta o Al Pacino. Incluso cuenta la leyenda que la última copa antes del cierre definitivo se la tomó Silvester Stallone.
En 'The last days of disco' volvemos a encontrarnos con una mayoría de personajes de cómodo nivel social, que como todos, también tienen problemas personales y profesionales en la vida. Entre el reparto tenemos a las maravillosas Chlöe Sevigny y Kate Beckinsale, dos chicas guapas y recién graduadas que trabajan en una editorial. Alice (Sevigny) es dulce, simpática y rechaza todo tipo de convencionalismos, mientras que su nueva amiga Charlotte (Beckinsale) es toda una arpía con la que es difícil sentir rechazo por lo gracioso de su papel. También destacan el ya conocido Chris Eigeman, un ligón siempre al borde del abismo, el simpático Robert Sean Leonard, sí, el doctor Wilson de 'House' y Jennifer Beals, la prota de 'Flashdance', en un breve pero muy risible papel.
Todas las vidas de estos personajes se concentran en las noches discotequeras de principios de los 80, donde no todos son aceptados, en especial los publicistas y la gente poco selecta. Llama la atención que durante sus casi dos horas de metraje, no dejamos de escuchar una constante banda sonora con gloriosos temas de música disco que a menudo te incitan al baile. Los diálogos magistrales vuelven a estar a la orden del día con desternillantes conversaciones como la de los yuppies, la de "el tío Gilito es sexy", o con la mejor crítica que yo jamás haya visto y oído acerca de 'La dama y el vagabundo'. Una película nostálgica en cierto sentido que marca el final de una generación para la que la música disco jamás morirá. Grande la última secuencia.
Así que por favor, los que no conozcan la filmografía de este genio pues podrían echarle un vistazo a ver qué les parece, y los que ya somos fans incondicionales de su obra desde hace tiempo, pedimos efusivamente que Whit Stillman vuelva a hacer películas. El cine lo agradecerá.
7 comentarios:
Fundamental tu blog!!
Muchísimas gracias, Alejo. Se agradecen enormemente tus palabras. Todo por el arte.
¡Oh sabio Víctor! ¿Cómo hacer para ver estas películas si dices que son imposibles de conseguir? En Navidad iré a Londres, a ver si encuentro alguna de estas pelis, escondida en una de esas tiendas que venden DVD's por dos o tres libras.
Un beso y gracias por compartir tu conocimiento con los menos afortunados!
:)
Jajaja, supongo que en parte tienes razón Scry, pero 'Metropolitan' no es difícil de conseguir. De hecho, la deberían tener en cualquier tienda Fnac que fue donde yo la compré. De 'Barcelona' no respondo, y 'The Last Days of Disco' está difícil, pero no imposible, eso sí, vas a tener que buscar hasta en el alcantarillado de la Abadía de Westminster, jajaja.
Un beso.
Que alguien nos escuche y salgan los dvds de "The Last Days of Disco" y "Barcelona". "The Last Days of Disco" la tengo grabada en video VHS y tengo ganas de ver la versión original subtitulada. Y sobre todo tengo muchas ganas de ver "Barcelona" por primera vez.
En cuanto a lo que dices de Mira Sorvino, al menos nos dara buena imagen de cara al exterior si los que la ven se piensan que los españoles hablamos tan bien el inglés como ella y Tushka Bergen.
Lo que es más fácil de encontrar es la novela del propio Wilt Sillman "Cócteles y Caviar", en español en Muchnick Editores (2001), una deliciosa novelización de la película, pero a la vez distinta y muy interesante. Os la recomiendo.
Gracias !
yo era una adolescente cuando vi Metropolitan y llevaba tiempo tratando de recordar el titulo y demas.
Q alegria!
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