domingo, 20 de enero de 2008

La cena de los guionistas

La noche del pasado Viernes 18 de Enero fue una gran noche. No me divertía tanto desde hace mucho tiempo. Unos cuantos amigos del gremio habíamos concertado una cena varios días atrás y debo decir que me alegró muchísimo volver a verlos a todos, bueno, a casi todos, porque hubo una ausencia importante, no diré su nombre porque no me gusta echar las cosas en cara, además, tuvimos parte de culpa por no enviar un recordatorio de la cena y ser tan poco previsibles de que una noche pactada desde hace tanto podría olvidársele a cualquiera, con la casualidad, o no, de que el que se olvidó es el único de nosotros que aparece en "imdb". En fin, Alejo, que espero que estés bien porque es que no hemos recibido noticias tuyas todavía, ya sabemos que estás ocupado y que andas negociando entre Londres y Buenos Aires. Independientemente, nosotros, aunque tú no estuvieras, brindamos por todos nuestros éxitos del presente y del futuro, un brindis en el que te incluímos a ti, claro que sí. Ups, creo que al final he dicho tu nombre... Bueno, qué le vamos a hacer, el caso es que las cosas sucedieron así:

Salí de casa tan sólo 15 minutos antes de la hora a la que habíamos quedado, pero como el metro de Madrid vuela (cuando le da la gana), llegué a tiempo al Cine Doré (Filmoteca Española, lugar de encuentro de multitud de cineastas), donde nos teníamos que reunir, tan a tiempo que llegué el primero, como suele ser habitual en mí. Un inciso: el que no haya ido al Doré, no sé a qué espera, es el templo del cine en España. Bien, pues llegué el primero y para no quedarme allí de pie entre medias de todos esos cinéfilos con boina o sin ella, con pelo largo o sin pelo, con ese aire intelectualoide típico de algunos, que hablan sin parar del mundo del "faranduleo", unos con más acierto que otros, también hay que decirlo, pues me fui pidiendo una caña en ese precioso hall/cafetería.

El cine Doré

A los pocos minutos comenzaron a llegar los compañeros. Alguno declaró que su retraso se debía a una equivocación, que se confundió de lugar yendo primero a la biblioteca de la filmoteca, unos metros más arriba, ¿pero para qué íbamos a quedar en una biblioteca que además a esas horas está cerrada?. Al salir de allí nos dirigimos a los bares de esa zona de Antón Martín, donde hablamos de nuestras cosas, nuestros proyectos, nuestra vida, el futuro, anécdotas, política, de todo un poco. Y nos seguimos entonando con más cañas. Antes de que se me olvidara, le digo a Nuria que me firme su libro, "Cómo crear una serie de televisión". Ella me escribe toda la primera página con una bonita dedicatoria que no pude leer hasta el día después ya por la tarde por el suceso que más adelante contaré. Bueno, luego nos pedimos una ración de "Ropa Sucia", que no os engañe el nombre, es una delicia de plato, en otro bar "cultureta". Allí escucho alguna que otra promesa tal como, "Si vendo una serie os engancho a todos de guionistas" o "A ver cúando os pasáis por TVE." Bueno, mi anterior visita a Globomedia cuando estudiaba comedia no estuvo mal, ya veremos a ver qué tal esto otro. Ah, sí, y también sigue resonando en mis oídos eso del Premio Pilar Bardem, pero lo repetí en su momento y lo repito ahora, es imposible rebajar mi guión hasta las 90 páginas, por muchos diálogos que suprima o por escenas que elimine. El problema es que no sobra nada, si quitas una escena se me desmonta todo, no funcionaría. Lo hice así para que cada escena llevara a la siguiente. Cada escena cuenta algo y hace avanzar la historia, si las quito, no hay nada, como debe ser un buen guión. Aunque sé de sobra que de vez en cuando tienes que hacer el sacrificio.

Después de más comida y más cañas, al final sólo nos quedamos tres mosqueteros. Como estamos entre Antón Martín y Tirso de Molina, nos entra la duda de adónde ir, tenemos Lavapiés al lado, Huertas por el otro, pero tras alguna que otra divagación, decidimos irnos a Malasaña, que está un poco más lejos pero tampoco mucho, solamente tenemos que atravesar Sol y la Gran Vía para llegar hasta Tribunal, y sabrás que has llegado hasta allí cuando veas a grupos de cuatro policías en cada cruce de calle.
La pared del Penta

Entramos en garitos como el Sideral, en los que no es extraño escuchar buena música. Tras más buenos temas de conversación y unos tercios de cerveza, le digo a una amiga que me guarde mis cosas en su bolso. Después, nos seguimos moviendo por allí para entrar en el Penta, mítico y gran bar donde los haya, donde sólo hay buena gente y buena música. Nos ponen nuestros temas favoritos, los de nuestra infancia, los de toda la vida, desde la movida madrileña hasta la música surf. Nos quedamos casi ciegos tanto con todos los tercios que nos bebemos como con los fogonazos de los flashses, y yo, yo tirando todas las botellas de las repisas de las columnas. Si es que están mal construidas...

Una de las cosas que más me asombró es ver cómo una tía puede aguantar bebiendo tercios y ni siquiera inmutarse cuando yo en cambio, con la misma cantidad, ya iba un poco tocado. ¿Estaré perdiendo aguante? No, lo que pasa es que los vascos pueden con todo. Por cierto, ¿por qué todos tenemos la misteriosa costumbre de quitar las pegatinas de los botellines?
Al despedirnos, nos deseamos lo mejor y todo eso, muy bien, cada uno se va por un sitio, seguro que pronto nos volvemos a ver (y tanto) yo vuelvo para Sol para coger el búho que me lleve de vuelta a casa, pero justo antes de llegar me digo, "¡Hostias, mis cosas! Rápidamente llamada de teléfono, pero demasiado tarde, y además, no me apetecía volver a andar más.
Ayer volví al Doré para recoger mis pertenencias. Si es que soy un despistado.

Víctor M.

PD: Perdón por esta ebria redacción. Si alguno de los aludidos lee esto y no está de acuerdo con algo que me lo diga y enseguida lo arreglamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿a sí que las vascas aguantamos mucho alcohol? ajam... somos las nuevas irlandesas del reino...
no sé si eso es bueno o malo, pero dios, tengo unas ganas de pillarme una buena, tanto examen reblandece el cerebro y ya no llega la imaginación a la punta de mis dedos!!!
de qué va tu largo?
(sí, lo sé nada que ver una cosa con la otra.)
mxxx!!

Víctor M. dijo...

No sé si las vascas aguantáis mucho alcohol o no, pero por lo que veo parece que sí, y si no lo disimuláis muy bien.
La verdad es que una buena dosis de alcohol siempre ayuda a la imaginación. Que se lo digan a Sean Penn o a Bukowski.
Sobre mi largo no te puedo decir nada al menos hasta que esté registrado y revisado. No es que no me fíe de ti, ni siquiera las personas más cercanas a mí saben sobre qué narices escribo (excepto dos o tres que yo considero), la verdad es que prefiero callarme los temas. Es importante mantener siempre cierto secretismo aunque el guión sea una mierda. Aún así, te diré que es un drama(¡¡¡toma spoiler!!!).

En fin, que no te entretengo más que tienes que estudiar...
¡Suerte!

Anónimo dijo...

me vais a perdonar ke me meta en vuestras conversaciones pero debo hacerlo......yo, como amigo desde parbulo de este personaje, le he visto krecer y te puedo decir, amigo scry, ke vitty ya enpinaba el codo desde chico....en fin, no voy a hablar de cine xk no tengo ni pajorera idea....komo me saken de gladiator ya me pierdo..( x cierto gran pelicula....)bueno nene...espero ke te vaya muy bien kon tu andadura

saludos-----NcLk

Víctor M. dijo...

Aquí no hay ninguna conversación de nadie. Precisamente para eso está la opción de dejar un comment nclk. Con la ilusión que me hace a mí que me dejéis comentarios.

Por cierto, párvulo es con "v" de Víctor, pero da igual, que si no luego ya no me dejas más comentarios... Aunque por lo que veo sigues confundiendo los géneros: (bélico con comedia, porno con infantil, masculino con femenino).

Hacía tiempo que nadie me llamaba Vitty. Me siento como más juvenil.
Y no te hagas el humilde con eso de que no tienes ni idea de cine, que cuando bebes bien que hablas del cine español.

Venga, jefe, que te vaya bien a ti también. A ver si escribes más a menudo.