miércoles, 17 de febrero de 2010

Greenberg desde Berlín

Pasada ya la gran fiesta del cine español con esa nueva y refrescante gala organizada por el inmenso Álex de la Iglesia, yo decido cambiar a otros menesteres, por ejemplo, la Berlinale, porque hace unos días se estrenaba allí en competición oficial una de mis películas más esperadas, Greenberg, de Noah Baumbach. Al estreno asistió el propio director acompañado por Ben Stiller, Greta Gerwig y Rhys Ifans.



En palabras de Baumbach, su nueva película es como una visión cinematográfica de las novelas de Philip Roth, Saul Bellow y John Updike, es decir, una película de personajes que entran en crisis en un determinado punto de sus vidas. También es una película que muestra a la ciudad de Los Angeles como tal y no como una ciudad industrial, algo en lo que le ayudó su mujer Jennifer Jason Leigh a la hora de escribir el guión, puesto que ella se crió allí y Noah es cien por cien neoyorquino.



A continuación me gustaría mostraros un par de críticas que he recogido por ahí sobre la película. Una clara muestra de lo mucho que puede ser adorado a la vez que detestado el cine de Baumbach. Por supuesto, yo me incluyo en el primer grupo, aunque esta vez empezaremos por lo negativo, por la crítica de un hombre al que admiro mucho, Carlos Boyero, que escribía esto:

Hay actores y actrices de consumado éxito que tienen la capacidad para despertar la fobia irracional de espectadores maniáticos. A mí me ocurre con Jim Carrey. También con Ben Stiller. Este señor tan presuntamente gracioso es el protagonista de Greenberg, dirigida por Noah Baumbach. El arranque, con un interminable plano fijo de una mujer que va conduciendo ya te asegura que estás ante una muestra de cine independiente, de esas apuestas radicales que tanto valoran los festivales y la impostura autosatisfecha. Esa intimidante carta de presentación deriva afortunadamente en una película con cierto ritmo y en la que ocurren cosas, aunque ni ellas ni los personajes que las viven te provoquen algo más que una mueca de hastío. Stiller interpreta a un cuarentón existencialista que acaba de salir de un psiquiátrico y que retorna a la gente y el escenario en el que pasó su juventud. Resulta que en el pasado quiso ser músico pero acabó de carpintero en Nueva York. Ni sus sueños rotos, ni la sadomasoquista relación de este fulano insoportable con una joven fascinada, su antigua novia, su hermano y un amigo redimido de las drogas, tienen el menor enganche para un espectador con paladar. Greenberg pretende ser un retrato penetrante de una generación desencantada, pero tanto los integrados como los apocalípticos resultan insoportables. Y encima tienes que aguantar todo el rato el careto de Stiller haciendo de excéntrico atormentado.



Y ahora pasemos a lo positivo. Esto es lo que escribía Sergi Sánchez:

¿Ben Stiller con pelusilla blanca? ¿Ben Stiller más delgado que el espíritu de la golosina? ¿Es este el Ben Stiller de «Algo pasa con Mary»? Difícil reconocerle: quizá el cambio de imagen a su llegada a la Berlinale forma parte de una operación de descoloque, de quitarse etiquetas de cómico para todos los públicos. Quizá por eso en rueda de prensa confesó que, en la vida real, no se le da bien contar chistes. «Greenberg», la nueva película de Noah Baumbach, invierte parte de sus energías en enseñar qué hace Stiller cuando no cuenta chistes, o cuando intenta contarlos y sólo recibe un silencio sepulcral como respuesta. Alrededor de su personaje, un carpintero que se recupera de su crisis nerviosa volviendo a Los Ángeles, su ciudad natal, el director de la magnífica «Margot y la boda» dibuja el preciso retrato de un hombre que se niega a crecer, que vive en el pasado mientras el mundo avanza y que se resiste a admitir que es el único culpable de su amargura. El fino oído de Baumbach, co-guionista del cine de Wes Anderson, aplasta el egoísmo de su antihéroe en los morros de la pureza algo autista de Florence (Greta Gerwig), la chica para todo que trabaja para su hermano. En cierto modo, «Greenberg» también es una comedia romántica, pero la inteligencia de su planteamiento radica en examinar el género en negativo: desde el rechazo, desde el fracaso, desde el autoengaño. Y Baumbach triunfa en su estrategia: porque Stiller está magnífico, porque el personaje es a la vez insoportable y conmovedor.



Hace poco también se dio a conocer la banda sonora definitiva del filme. El score lo compone James Murphy, líder del grupo LCD Soundsystem, y la BSO incluye temas variados marca de la casa y típicos de Baumbach. No podía faltar Dean Wareham, claro, con su primer grupo Galaxie 500, además podemos encontrar temas de Duran Duran, Albert Hammond, Sonics, Nite Jewel, y The Steve Miller Band. El tema que os pongo a continuación también resultó ser una de las principales fuentes de inspiración mientras Baumbach escribía el guión. Así que mientras esperamos una fecha de estreno en España, os dejo con LCD Soundsystem y New York I Love You But You're Bringing Me Down:



Ver rueda de prensa de Greenberg en Berlín.

viernes, 12 de febrero de 2010

Mis 5 actrices favoritas

Sin más demora, nos vamos directos a la número uno:

1. Veronica Lake
Nacida en Brooklyn en el año 1922, aunque otros datos señalan 1919. Probablemente su característica más emblemática fue su imitadísimo peinado, el mismo con el que Kim Basinger le rendía homenaje en L.A. Confidential. Su vida siempre ha estado rodeada de una controversia inquietante y digna de ser filmada en forma de biopic. Comenzó su carrera actuando como figurante hasta que empezó a despuntar en papeles secundarios (Vuelo de águilas). Su primer papel importante y el que a mí más me gusta le llegó de la mano del magnífico Preston Sturges en la soberbia comedia Los viajes de Sullivan (una de mis películas favoritas en la historia del cine). Veronica llegó a hacerse un hueco importante en la industria durante los años 40 gracias al género negro, actuando en tres películas casi consecutivas junto al actor Alan Ladd (El cuervo, La llave de cristal y La Dalia Azul). También es destacable su interpretación en Me casé con una bruja de René Clair. En los 50 su carrera se viene abajo, abandona el país y su afición al alcoholismo crece más cada día. Finalmente, Veronica fallece a la edad de 50 años en Vermont debido a una insuficiencia renal. Hoy en día es todo un ícono del cine clásico.



2. Jeanne Moreau
Nacida en París en 1928. Para mí es la figura más grande que ha dado el cine francés y la mejor actriz de su generación. Orson Welles, con quien rodó la adaptación de la obra de Shakespeare Campanadas a medianoche, dijo de ella que era "la mejor actriz del mundo". De enigmática mirada y sonrisa, dotada de una belleza natural, y unas cualidades innatas para la actuación, su primeros éxitos le llegan gracias al genial Louis Malle en películas como Les Amants y Ascensor para el cadalso. Más tarde trabajaría con muchos de los grandes directores de su época, con Truffaut en la elogiada Jules y Jim, con Antonioni en La noche (compartiendo cartel con Marcello Matroianni y Monica Vitti), con Demy en La bahía de los ángeles, con Luis Buñuel en Diario de una camarera, con Elia Kazan en El último magnate... En 1965 rompió las taquillas de cine dándole réplica a Brigitte Bardot en Viva María!, otra película de Louis Malle que resultó ser todo un éxito internacional en gran medida gracias a la aparición de estas dos mujeres. Actualmente, Jeanne continúa haciendo cine y la hemos podido ver recientemente en varios de los últimos trabajos del director israelí Amos Gitai.



3. Laura Linney
Hace ya algún tempo recuerdo que escribí una entrada sobre Laura Linney, pero como me gusta ser repetitivo con las cosas que me gustan, volveré a escribir un poco sobre ella. Nació en Nueva York en 1964, y comenzó su carrera actuando en Broadway. Su mejor cualidad es el trabajar duro con sus personajes. Laura mima absolutamente cada uno de sus papeles, y eso le hace meterse de lleno en la interpretación de los mismos para conseguir actuaciones prácticamente perfectas. Empezamos a ver a Laura en películas como Las dos caras de la verdad, junto a Edward Norton y Richard Gere, y también de la mano de Clint Eastwood en Poder Absoluto. Pero la gente comenzó a quedarse con su cara a raíz del éxito de El show de Truman. Dos años después con Puedes contar conmigo consiguió su primera de las tres nominaciones que tiene en los Oscars, aunque únicamente cobró 10.000 dólares por el trabajo. Sus otras nominaciones las consiguió gracias a sus papeles en Kinsey y en la magnífica La familia Savages. Otras de sus interpretaciones más memorables las encontramos en Una historia de Brooklyn, La vida de David Gale, Mystic River o Love Actually, y yo vuelvo a apostar por ella en esta nueva década.

4. Monica Vitti
Nacida en Roma en 1931 (otras fechas señalan 1933). Ingmar Bergman, a quien yo respeto mucho, dijo de ella que era una actriz pésima, seguramente inducido por sus continuos piques con Michelangelo Antonioni, que la acogió como una de sus musas. Comenzó actuando en papeles dramáticos, aunque es muy conocida por sus comedias. Sus primeras películas son cuatro clásicos del cine italiano y de Antonioni que la catapultan como actriz de talento: La noche, El eclipse, El desierto rojo y L'avventura, por la que ella y sus compañeros fueron abucheados en Cannes, sin embargo, el propio festival le rindió homenaje el pasado año y hoy en día es un filme de reconocida importancia. Más tarde, Monica se deja caer en manos de Mario Monicelli, con quien realiza La ragazza con la pistola y diversas comedias más a través de los 70 entre las que cabe destacar El demonio de los celos con Mastroianni y La otra mitad del cielo de Franco Rossi. En aquella época, Vitti también es dirigida por Luis Buñuel en una de las últimas películas del director, El fantasma de la libertad. En 1989, ella misma escribe, dirige y protagoniza Scandalo Segreto. Poco tiempo después, Monica escribe su biografía y abandona el mundo del cine.

5. Kate Winslet
Nacida hace 34 años en Reading, Inglaterra. Hasta el año pasado era conocida como la eterna nominada, ya que contaba con cinco nominaciones tanto en los Globos de Oro como en los Oscars y ninguna estatuilla. Lo único que había ganado hasta entonces era un BAFTA como actriz de reparto por uno de sus primeros papeles en el cine, Sentido y Sensibilidad, hasta que por fin, gracias a The Reader, consiguió alzarse con sendos premios, pero sobre todo con ese Oscar al que tanto había estado persiguiendo. Con esto y con decir la edad que tiene, qué duda cabe de que estamos ante una de las grandes actrices de nuestro tiempo, una de ésas que permanecerán en los libros para toda la eternidad. Seguro que todos estamos de acuerdo, y seguro que todos podemos nombrar varios títulos que ha protagonizado: Criaturas Celestiales, Titanic, Iris, Little Children, Descubriendo nunca jamás, Olvídate de mí, Revolutionary Road... Ahora sólo falta adivinar cuál será su próximo éxito.

Y en este momento es cuando a mí me entran las dudas y no sé dónde poner a otras grandes actrices que adoro como Julianne Moore, Hilary Swank, Barbara Stanwyck, Clotilde Hesme, Marion Cotillard, Isabelle Huppert, Kim Novak, Sophie Marceau, Maribel Verdú, Ariadna Gil, Marta Etura, Anna Karina, Jean Seberg, Chloë Sevigny, Catherine Keener, Ingrid Bergman, Nicole Kidman, Claudette Colbert, Diane Keaton, Naomi Watts, Bibi Andersson, Anjelica Huston, Cate Blanchett, Frances McDormand, Holly Hunter, Carmen Maura, Cecilia Roth, Marie Rivière, Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, Eva Marie Saint, Vanessa Redgrave, Michelle Pfeiffer y por qué no, Scarlett Johansson.

domingo, 7 de febrero de 2010

¿Qué pasaría si...

Wes Anderson dirigiera el nuevo Spiderman? La noticia saltó hace unas semanas a la red, obviamente, la credibilidad es nula, simplemente es algo absurdo que no tendría ningún sentido, pero youtube está plagado de parodias sobre este singular cineasta, una de mis predilecciones, y ya hay valientes que han imaginado cómo sería este superhéroe al estilo Anderson. Lo increíble es que encima está bien trabajado y todo...