martes, 31 de marzo de 2009

A través de mis ojos (Vanguardia y Underground)

No hay argumento, no hay trama, no hay nada del cine que conocemos. Hoy os acerco a un cine de vanguardia, preciosista, artístico, que únicamente quiere expresar sentimientos, emociones, o el recorrido de un día de nuestras vidas con las reglas que tú mismo te pongas.
Podríamos decir que aquí se halla la verdadera esencia de lo que es el cine independiente, siempre y cuando entendamos por este término algo que es propio y personal, sin imposturas o añadidos ajenos.



Entre los artistas más reconocidos de este movimiento experimental, aunque por otra parte también los grandes desconocidos del cine, nos encontramos al gran Jonas Mekas, a los americanos Kenneth Anger y Stan Brakhage, o al mismísimo Andy Warhol (muy ligado siempre a la figura de Nico y a la de Lou Reed de The Velvet Underground) con sus famosos Screen Tests, unos documentos ahora musicalizados en sus conciertos por Dean Wareham y Britta Phillips (ver entrada anterior).



Yo les quería dedicar esta entrada a todos ellos, a todos esos cineastas sin nombre que no conocemos y que en la mayoría de los casos no nos influyeron, pero que sin embargo asentaron una parte del espíritu del cine que más me gusta hoy en día, el cine del que suelo hablar aquí.
Un colega hizo hace poco tiempo un gran trabajo en este aspecto, y claro, yo no me pude resistir a sacar mi cámara y el teléfono móvil a la calle y al menos intentar hacer algo similar. Esto fue lo que salió:



Título: Un lugar desconocido (Versión Reducida)
Música: Claude Debussy

martes, 24 de marzo de 2009

Easy Listening

Para mí son uno de los mejores duetos musicales en la actualidad. Son Dean & Britta, ex miembros del grupo Luna. Hacen una música que entra fácilmente a tus oídos, y escuchar sus canciones es una de las sensaciones más parecidas a la levitación que he experimentado.



Les tengo mucho aprecio porque a menudo me sirven como principal fuente de relajación, algo que necesito tanto como el aire, y ocasionalmente, también como inspiración para determinadas historias y personajes.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El retorno de un moderno llamado Jim Jarmusch

Ayer me dio por mirar a ver si había nuevas noticias de 'The Limits of Control', lo nuevo de uno de mis predilectos, Jim Jarmusch (quien por cierto tiene un hermano gemelo que trabaja de portero en una discoteca española). The Limits of Control es probablemente una de las películas más esperadas por mi parte este año. Pues bien, sí que hay cosas nuevas, y por partida doble, lo cual ha hecho que se me cayera la baba, literalmente.

Para comenzar tenemos este cartel tan raro, en cuyo punto de mira vemos a Isaach de Bankolé, actor que lleva trabajando con Jarmusch desde Noche en la Tierra. Bajo los créditos se lee la siguiente frase promocional: "For every way in, there is another way out".



En la parte inferior están los nombres de los cinco protagonistas. Aparte del propio de Bankolé, tenemos a Tilda Swinton, que también había trabajado antes con el director en Flores Rotas, aunque estaba totalmente irreconocible, bueno, no menos que en ésta, ahora la veréis. John Hurt, otro conocido de Jarmusch, con él trabajó en Dead Man. Gael García Bernal, también con unas pintas irreconocibles, y Bill Murray, otro de los que estuvo a sus órdenes en Flores Rotas y en Coffee & Cigarettes, obra que por cierto, tiene un homenaje en el tráiler, que es la segunda de las sorpresas que me he llevado hoy. Entre los secundarios cabe destacar a Luis Tosar y a Paz de la Huerta.

Muy poquito se sabe del argumento, y el tráiler tampoco nos aclara demasiado, pero mejor así. Rodada íntegramente en Madrid y en Andalucía, The Limits of Control cuenta la historia de un misterioso hombre solitario cuyas actividades permanecen meticulosamente fuera de la ley. Ahora está en España para finalizar un trabajo, pero sus objetivos no están inicialmente revelados, y yo mientras tanto me como las uñas viendo este avance.



Entre los lugares que salen en el tráiler, quizá uno de los más fáciles de reconocer son las Torres Blancas, pero yo he podido identificar uno en especial por el que he pasado varias veces (sobre todo por la noche), la Plaza de San Ildefonso (a los 0:26 segundos), en pleno barrio de Malasaña. Es difícil verlo porque tan sólo aparece la esquina de la plaza, pero la pastelería Nueva Croissanteries y los graffitis han sido la clave. Os pongo la imagen del lugar sacada de Google Maps para que comparéis vosotros mismos.



Ahora coged papel y lápiz, y tomad nota de las 5 claves de Jim Jarmusch para hacer una película:

1. No hay reglas.

Hay tantas maneras de hacer una película como cineastas potenciales. Es una forma abierta. Como sea, yo personalmente no sería capaz de decirle a nadie qué hacer o cómo hacer algo. Para mí es como decirle a alguien cuáles deberían ser sus creencias religiosas. A la mierda. Eso va en contra de mi filosofía personal - esto es más un código que una serie de reglas. Por lo tanto, olvídate de las "reglas" que estás leyendo en este momento y considéralas más bien simples notas para mí mismo. Uno debería hacer sus propias "notas" porque no hay una única forma de hacer nada. Si alguien te dice que hay una única forma, su forma, aléjate de él tan rápido como puedas, tanto física como filosóficamente.

2. No te dejes agarrar de esos hijos de puta.

Ellos no pueden ni ayudarte ni dejar de ayudarte, pero sí pueden detenerte. La gente que financia películas, distribuye películas, promueve películas y exhibe películas no son cineastas. No están interesados en permitir que los cineastas definan y dicten la forma en que hacen sus cosas, así que los cineastas no debemos tener ningún interés en permitirles dictar la forma en que se hace una película. Carga un arma si es necesario.

Además, evita a los diletantes a toda costa. Siempre hay personas por ahí que sólo quieren meterse a hacer cine para volverse ricas, para volverse famosas o para tener sexo. Generalmente saben tanto de cómo hacer cine como George W. Bush de combate cuerpo a cuerpo.

3. La producción está ahí para servir a la película.

La película no está ahí para servir a la producción. Desafortunadamente en el mundo del cine esto se da casi universalmente al revés. La película no se hace para servir al presupuesto, al cronograma o a las hojas de vida de los involucrados. A los cineastas que no entienden esto deberían colgarlos de los tobillos y preguntarles por qué de pronto el cielo está para abajo.

4. El cine es un proceso de colaboración.

Tienes la oportunidad de trabajar con otros cuyas mentes e ideas pueden ser más fuertes que las tuyas. Asegúrate de que se mantengan enfocados en su propia función y no en el trabajo de alguien más, o será un desastre. Pero trata a todos tus colaboradores como iguales y con respeto. Un asistente de producción que está deteniendo el tráfico para que el equipo técnico pueda rodar un plano no es menos importante que los actores en escena, el director de fotografía, el director de arte o el director. Las jerarquías son para aquellos cuyos egos están inflados o fuera de control o para la gente que está en el ejército. Aquellos con los que eliges colaborar, si escoges bien, pueden elevar la calidad y el contenido de tu película a un nivel mucho más alto de lo que cualquiera hubiera podido imaginarse por sí solo. Si no quieres trabajar con otras personas pinta un cuadro o escribe un libro (y si quieres ser un maldito dictador parece que por estos días lo único que hay que hacer es meterse a la política…).

5. Nada es original.

Roba de cualquier sitio que te llene de inspiración o alimente tu imaginación. Devora películas viejas, películas nuevas, música, libros, pinturas, fotografías, poemas, sueños, conversaciones intrascendentes, arquitectura, puentes, señales de tránsito, árboles, nubes, ríos, luces y sombras. Selecciona para robar solamente aquellas cosas que le hablen directamente a tu alma. Si lo haces, tu trabajo (y tu robo) será auténtico. La autenticidad es invaluable; la originalidad no existe. Y no te preocupes en ocultar tu robo - celébralo si hace falta. En cualquier caso recuerda siempre lo que dijo Jean-Luc Godard: "De lo que se trata no es de dónde tomas las cosas, sino de adónde las llevas".

viernes, 13 de marzo de 2009

Laberinto Existencial

El sábado estaba tremendamente aburrido y tenía que hacer algo de alguna manera, así que me decidí por salir a comprar algunos dvd's para añadir a mi colección y me topé con una película que llevaba queriendo ver desde hace tres o cuatro años, hablo de 'Extrañas Coincidencias', cuyo título original es 'I ♥ Huckabees', con el corazoncito incluido.
Carga autobiográfica en el argumento, humor que sólo pillan unos pocos, apreciada por la inmensa minoría, fracaso de taquilla en Estados Unidos, dirigida por un tipo que está como una puta regadera y que ha ganado algún premio en Sundance... La compra era inevitable.



David O. Russell, autor de la divertida y alocada 'Flirteando con el desastre' y de 'Tres Reyes', por la que es más conocido, firma este pedazo de guión (coescrito con Jeff Baena) y la dirección. Interpretada por Jason Schwartzman, Mark Wahlberg, Jude Law, Naomi Watts, Dustin Hoffman, Lily Tomlin e Isabelle Huppert, todos ellos tremendos en cada una de las escenas, pero por encima de todos un Wahlberg inconmensurable, Dios Santo qué personaje. La producción corre a cargo del bueno de Scott Rudin, ganador del Oscar por No es país para viejos de los Coen. Scott también se ha encargado de las últimas obras de Wes Anderson y Noah Baumbach.


David O. Russell

Para comenzar quiero que conste que sólo les recomiendo la película a chiflados como yo que van a contracorriente de todo, y en última instancia, también a aquellas personas que tienen constantes idas de olla acerca de cuestiones existenciales como quiénes somos y adónde vamos y que en general se replantean siempre el porqué de las cosas en lugar de buscar su propia felicidad. El resto, por favor, absteneos si queréis conservar vuestro statu quo, va muy en serio. De nuevo estamos ante otro ejemplo de cómo algo que puede llegar a irritar tanto a mucha gente a mí me vuelve loco. Una película inteligente que está a años luz de cualquier convencionalismo, sólo disfrutable para un determinado grupo de personas entre las que quizá estés tú o quizá no. Si no lo estás no te preocupes, aún no has enloquecido lo suficiente, o eso o bien es que has sido abducido por la mierda que nos suele llegar de Hollywood. Nada grave.



La línea argumental es la siguiente: Bernard y Vivian son dos detectives existenciales que son contratados por Albert Markovski, un poeta que trabaja en una coalición para defender los espacios abiertos. ¿Adónde quiere llegar con esto? Muy simple, quiere que ellos averigüen la razón de una extraña coincidencia que puede ser la clave de su realidad. ¿Cómo te quedas? En el viaje también entran Tommy Corn, el otro yo de Albert, un bombero en crisis existencial que se desplaza en bici a apagar incendios. Brad Stand, un ejecutivo al que parece que todo le va de maravilla a pesar de que no es capaz de ser él mismo. Dawn Campbell, una modelo con crisis de identidad, y Caterine Vauban, una francesa que les hace la competencia a los detectives existenciales. Además, también tenemos a un sudanés muy alto, a Richard Jenkins en una escena memorable que sirve de autocrítica a la sociedad, a Talia Shire (Connie Corleone en El Padrino y Adrian en Rocky), que es la madre de Jason Schwartzman haciendo de madre de Jason Schwartzman, y a la cantante vegetariana Shania Twain.



Lo que se provoca con todo esto es aquello que los griegos denominaron "el estado primitivo de la existencia", el comienzo de todo: el caos. Si alguno se pregunta todavía de qué va exactamente la película... Es difícil explicarlo, pero le diré que va sobre un grupo de gente que debe descubrirse a sí misma para ser feliz, a pesar de la inevitabilidad del drama humano. Si no lo tenéis muy claro todavía, no pasa nada, alguno de los actores que rodaron esta película confesaban que en realidad ellos tampoco sabían muy bien de qué iba. Pero lo que a mí me dejó patidifuso (y es muy difícil dejarme así), fue la siguiente línea de diálogo que Schwartzman suelta como si nada: "Si las formas de este mundo mueren, ¿qué es más real? ¿el yo que muere o el yo que es infinito?" Rollos filosóficos aparte, que en una primera visión son completamente inasibles, creo que lo hay que hacer es entrar a su juego y disfrutarla como una comedia (existencial) de gags a veces inapreciables, que como digo, no busca la risa fácil (y esto es importante tenerlo en cuenta) a pesar de lo surrealista de diversas situaciones.



Sobre David Russell, creo que aparte de toda la controversia y los conflictos que se viven en sus rodajes, es un tío con un enorme talento, puede que su forma de trabajar saque de quicio a muchos, pero ese punto de vista tan personal es lo que según mi opinión le hace ser grande, aunque sea de ésos a los que les encanta modificar el guión sobre la marcha.
Jude Law le define como único, excitante, revelador, divertido, salvaje, anárquico, absurdo y valiente, sin embargo, habría que escuchar lo que opina de él George Clooney, con el que acabó a hostias en el set de Tres Reyes por defender a unos extras, o la opinión de la propia Lily Tomlin tras sus continuas discusiones con descalificativos en el rodaje de 'I ♥ Huckabees'. También hay que decir que ella se lo estaba buscando. Lo último que debe hacer un actor es cuestionar el trabajo del director, por muy metafísico que sea.



No puedo pasar por alto la gran banda sonora con un score compuesto por Jon Brion, que también ha puesto música a películas como Sydney, Magnolia y Punch-Drunk Love de Paul Thomas Anderson, a Olvídate de mí de Michel Gondry, y a la ópera prima de Charlie Kaufman como director, Sinecdoche, New York.
Aquí tenéis su tema Knock Yourself Out, cuya letra es bastante resolutoria para cualquier filosofía de vida:

"Es algo inalcanzable, no puedes vivir sin ello, y ahora lo inexplicable te llena de dudas. Las cosas empiezan, las cosas se marchitan y has de encontrar el modo de sentirte bien, pero si quieres pasarte el día preguntándote de qué va todo esto, haz lo que te dé la gana. ¿Por qué nos meten en este lío? Vete tú a saber, podría ser una prueba o podría no ser nada de lo que tengas que preocuparte, pero si sigues con dudas, haz lo que te dé la gana".

martes, 10 de marzo de 2009

Sin cine en la SER

Ayer me llegaba una triste noticia a través de los comentarios de este blog. 'Lo que yo te diga' se despide de la radio, o mejor dicho, les despiden de la radio. El mejor programa de cine para radioyentes que se hace en España desaparece. Es algo difícil de asimilar para gente que como yo hemos crecido con este espacio, es un palo en toda regla. Los mejores archivos de audio, las mejores parodias, sus comentaristas, su música, las críticas de Teófilo el Necrófilo, los divertidos programas especiales de los Oscars... No acabo de digerirlo bien y por eso no me salen las palabras que querría escribir para cada uno de los currantes que hacían posible este programón.

Unión Radio, propietaria de la Cadena SER, todavía no ha explicado los motivos, aunque nos los podemos imaginar. Debido al enorme aprieto económico se tenían que cargar a alguien y han optado por uno de los mejores espacios culturales de este país, tanto por el día como por la madrugada. Vaya huevos.
El sábado 4 de abril será su último programa, fecha en la que se cumple su 20 aniversario, no os lo perdáis.

Sin embargo, aunque el espacio para el cine desaparece en la Cadena SER, el grupo de 'Lo que yo te diga' permanece como marca, y según cuentan, parece ser que podría haber un acuerdo con el canal TCM para futuros proyectos.

sábado, 7 de marzo de 2009

La señora de los lunes

Algún lunes va a ocurrir algo grave con la señora del título. De momento la policía no tiene ningún motivo para arrestarme, de momento, pero es que hay gente que va provocando, y gracias a mi bendita paciencia y a la de muchos otros, todavía no he quebrantado leyes de las gordas, de las otras puede que alguna sí, no me acuerdo.

La cuestión es que a mí me gusta ir al cine los lunes. No es el día del espectador, pero por lo menos tengo un motivo para que cuando llegue el comienzo de la semana no esté decaído. La perspectiva cambia bastante, o mejor dicho, solía cambiar bastante. Ahora todo es distinto, desde hace un par de meses comenzó a venir al cine que yo frecuento una señora de unos setenta años, a la misma hora que yo, y por desgracia, casi siempre a la misma sala que yo. También se suele sentar a escasas butacas de mí (espero que no se esté enamorando), y lleva impregnado en su ropa un olor a perfume del malo, y además lo lleva en abundancia para que huela más y peor. De ahora en adelante, creo que siempre asociaré ese hedor con esta señora.

Yo suelo llegar al cine diez minutos antes de que comience la película, y ella suele llegar siempre un par de minutos antes de que se apaguen las luces. Lo sé porque lo huelo. A partir de aquí comienza el calvario, si la película es mala, lo llevas claro, y si es buena, esta señora te la va a joder. No me gusta que la gente coma en el cine, pero es algo que puedo soportar. Lo que no aguanto es que hablen, me saca de quicio, no puedo con ello, si alguien me quiere joder creo que no hay mejor forma que ésa. Ahora bien, hay tres formas de hablar, una es al oído, para que sólo se entere tu acompañante, otra es la normal, para que te oigan en la fila de atrás y en la de delante, y la tercera, que es la que practica esta señora, es en voz muy alta, para que te oiga toda la sala. Y no es que hable sólo una o dos veces, no, la mujer comenta todas las escenas y todas las jodidas acciones de todos los jodidos personajes, y lo peor de todo es que sólo dice gilipolleces y evidencias.

La semana pasada estaba viendo la maravillosa 'Slumdog Millionaire', y por supuesto, ella estaba allí, como si estuviera narrando un partido de fútbol. Cuando Jamal, el protagonista de la película se encontraba en la pregunta culmen del concurso ¿Quién quiere ser millonario?, la señora no hacía más que repetir la respuesta correcta a gritos como si el personaje pudiera oírla y como si nos quisiera dar la respuesta a nosotros. Bravo señora, está claro que no se crió en los tugurios de Mumbai. Y cuando la película es muy buena y me están molestando de esa manera... Es una lástima que a veces mi buena educación no me deje expresar todo cuanto quiero, por eso lo escribo, pero creo que nunca he estado tan cerca de levantarme de un cine en mitad de la película, dirigirme a alguien y decirle "Cállese, es usted gilipollas, no tiene ni puta idea, no se entera de nada, es usted una inútil, gilipollas, su perfume es una puta mierda y nos está intoxicando a todos, póngase un bozal, gilipollas, déjenos ver la película a gusto, necia, furcia, hija de puta, gilipollas otra vez." Pero no lo hice a pesar de que tuve varios arrebatos. Si lo hubiera hecho creo que el resto de los espectadores me hubieran aplaudido y yo me hubiera convertido en un héroe.

martes, 3 de marzo de 2009

A vueltas con los títulos: The Squid and the Whale

Ya he proclamado aquí lo difícil que es a veces ponerle un título a un guión de cine, incluso a los genios absolutos como Noah Baumbach (The Squid and the Whale/Una historia de Brooklyn) les cuesta. Y dirán algunos... "Ya está el pesado éste otra vez con el tal Baumbach". Pues sí, y os vais a hartar de leer su nombre, pero os enseñaré a amarle por encima de todas las cosas porque es uno de los mejores guionistas de hoy en día. Ésta es mi traducción de su crónica acerca de los títulos:

Si llamas a tu película 'The Squid and the Whale' (El calamar y la ballena), tienes que estar preparado para una serie de preguntas irritantes que no querrás contestar. "¿Quién es el calamar y quién es la ballena?" "¿Tiene lugar bajo el agua?" "¿Es animada?" "No, en serio, ¿quién es el calamar?" "Pensé que no sabías nadar." "¿Qué famosos ponen las voces?"

Las respuestas son: "No lo sé." "No." "No." "Realmente no lo sé." "No, no sé nadar." "No es animada."

Cuando estaba en la preproducción de The Squid and the Whale, me enteré de que había una película de niños que jugaban al fútbol interpretada por Will Ferrell que se llamaba Kicking and Screaming. Fue algo que me molestó bastante porque yo había dirigido en el año 1995 una película sobre un grupo de chicos que se graduaban en la universidad llamada también Kicking and Screaming. Mi título básicamente se refería a una lucha interior, mientras que el título de la actual película se refería a niños que jugaban al fútbol dando patadas y gritando. Quizás su título fue más apropiado, aunque nunca me importó porque yo lo había escrito primero. Estuve mirando de todo acerca de la legalidad del tema, pero a no ser que tu película se llame Casablanca o E.T. no tienes nada que hacer. Llamé al director y charlé con él. Me dijo que no le acababa de convencer el título y que fue una decisión del departamento de marketing de la Universal. Su título alternativo creo que era Untitled Will Ferrell Soccer Movie (Película de fútbol sin título de Will Ferrell).

Todo este asunto de la película con el mismo título que la mía se vio más agravado por el hecho de que Kicking and Screaming no era mi título original. Fifth Year (Quinto Año) sí que lo era. (Refiriéndose al año extra después de la univesidad.) Durante la producción, el productor me persuadió para que lo cambiara. Al parecer, Fifth Year era demasiado obtuso, demasiado pequeño, necesitábamos algo más grande y más activo (en conclusión, algo que sonara como una película de niños jugando al fútbol). Estaba orgulloso de mí mismo cuando se me ocurrió Kicking and Screaming, pero ahora quiero cambiarlo otra vez por Fifth Year.

Normalmente no tengo un título cuando estoy escribiendo una película (bueno, siempre tengo uno o dos en el bolsillo que intento poner a la fuerza, pero nunca salen adelante). Cuando estás trabajando en un guión, tus amigos tienden a preguntarte cosas como "¿Sobre qué va?" y "¿Cómo se llama?" Por alguna razón, estas educadas e inocuas cuestiones me vuelven tremendamente hostil mientras estoy en mitad del proceso de escritura. Durante mucho tiempo me referí a mi proyecto como Guión sin título del Calamar y la Ballena, una historia sobre el divorcio de mis padres. Algo que no era totalmente cierto, pero que sin embargo resultaba útil para que la gente no me siguiera haciendo preguntas sobre la historia. Debido a esto, otro amigo me sugirió que lo llamara My Parents Divorce (El divorcio de mis padres). Hay una canción genial de Tammy Wynette llamada "D-I-V-O-R-C-E", que habla desde la perspectiva de los padres que no quieren que sus hijos se enteren de nada de lo que están hablando. Estuve jugando con esta idea durante una hora, pero los hijos de mi historia eran ya suficientemente mayores como para no enterarse de las cosas. Otra persona me sugirió el título Brooklyn. También Park Slope, y otros que consideré como demasiado cortos, A Mother and a Father Divorce and Their Two Sons, Walt and Frank, (El Divorcio de un Padre y una Madre y Sus Dos Hijos, Walt y Frank) y Deal with the Crappy Joint Custody Arrangement in 1986 (Tratar con el desastre de la custodia compartida en 1986).

Cuando acabé el primer borrador del guión, The Squid and the Whale me parecía el único título posible, y quedaba bastante bien con mayúsculas en la página de título del Final Draft. Me gusta porque no sé lo que significa realmente. Se refiere a algo muy específico en la película (llamado el calamar y la ballena), pero su significado abstracto se me escapa. "¿Es tu madre el calamar y tu padre la ballena?" Ésa es otra de las que recibo, y la respuesta es "No tengo ni puta idea." Algo bueno sobre el título es que para cada espectador significa algo diferente después de ver la película. Sé que a día de hoy, en esta época, probablemente caería dentro de la categoría de "Mala decisión de marketing", pues que así sea, pero éste es el título correcto para esta película, y no podéis copiarlo.